ABC y News Divine, una cuestión de diferencias
Cuando la justicia no es pareja
í, aunque no se quiera y se traten de igualar las circunstancias, hay diferencias. Diferencias profundas que deben ser señaladas para no caer en engaños, y en la manipulación constante que se hace de los hechos, para sacar raja política de las tragedias que marcan a la población y a sus gobernates.
Hay quienes han tratado de medir con el mismo rasero lo sucedido en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, con lo que ocurrió hace dos años en la delegación Gustavo A. Madero del Distrito Federal: el caso News Divine, para conseguir con eso, más que nada, dañar con desprestigio al gobierno de la ciudad de México que encabeza Marcelo Ebrard.
Y aunque en algunos casos se ha conseguido golpear con el mismo lazo a los gobiernos federal, al del estado de Sonora y al del DF, las cosas no se parecen. Por lo pronto tendríamos que decir que por lo que toca a la guardería, el gobierno federal ha cobijado con su inmenso manto de impunidad a quienes son culpables de aquella tragedia. No sólo no hay culpables, sino que los funcionarios directamente involucrados en el asunto siguen en la nómina, sin ningún problema siquiera de conciencia.
Para el panismo cínico, en el caso del antro de la GAM tiene que haber culpables metidos en la cárcel. Así se cumpliría con lo que para ellos significa la justicia, que para ser justa no debe tocarlos a ellos. En este asunto han empleado a sus diputados, a la que fue presidenta de ese instituto político, y como siempre a las promesas que levantan para tratar de engañar a quienes, por su necesidad, por su apremio, deciden escucharlos.
Siempre que eso sucede se olvidan de sus deudas y de todas las tropelías que causan daño a la gente, que ellos propician y se sienten libres de culpa, pero buscan convertirse en decapitadores de otros, sobre todo si se trata de un gobierno como el de Ebrard.
Las diferencias saltan a la vista. En el caso del News Divine, si bien no hay gente en la cárcel, aunque los juicios siguen abiertos, se destruyó en buena parte la carrera política de quienes, a los ojos de los más altos niveles de gobierno, estaban involucrados. Por injusto que pudiera ser, el jefe de la policía de la ciudad más importante del país salió del cargo. En el caso federal, como ya hemos visto, nadie es responsable.
Evadir la responsabilidad de los hechos no resulta fácil a quienes están del lado azul. Nadie es responsable, cuando menos hasta el momento, de la muerte de 49 niños en una guardería que estaba en manos de gente emparentada con Los Pinos, y que obtuvo permisos de funcionamiento de las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social, que no quisieron, o peor, estaban enterados del mal funcionamiento y las carencias de la instalación, y nada hicieron.
Entonces la justicia no es igual. Joel Ortega, entonces jefe de la policía, dejó su cargo, y una parte de su carrera política, que ahora trata de rehacer con trabajo silencioso. Si hubo culpa o no en los sucesos del antro no estaba a discusión, la gente y la política imponían ese criterio, que Ortega y el gobierno de la ciudad escucharon. El procurador de aquel entonces, Rodolfo Félix, que también salió, pero sin escuchar a nadie, fue despedido por Marcelo Ebrard sin problema y listo para retomar sus negocios.
En el DF, aunque hasta ahora no se han cumplido todas las observaciones que impuso la Comisión de Derechos Humanos, hubo bajas sensibles en la administración de Ebrard. En el gobierno federal sólo hay impunidad, aunque para la gente, en el caso de la guardería, todos saben quiénes son los culpables, y cuáles son sus nombres. Vamos a ver cuándo podrá haber justicia.
De pasadita
Hoy en el Zócalo habrá más de 50 mil personas en espera de que los futbolistas, con salarios que sobrepasan los de funcionarios de muchos niveles, puedan dar alguna alegría a este pueblo que sólo sabe de desgracias. Ojalá así sea, y si no, que no cunda el suicidio. No son más que cosas de la patada.