Por el volumen de dinero manejado y la fuerte competencia existente entre los centros cambiarios, la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se ha convertido en el mejor sitio de transacción al menudeo en la ciudad, al ofrecer muchas veces 40 y 50 centavos por debajo del precio fijado por las instituciones bancarias.

Sin embargo, los decomisos de dólares auténticos y falsos que continuamente se dan en la terminal aérea por la Policía Federal mantienen en alerta a las casas y centros cambiarios que ahí operan. Incluso, trabajadores de algunos comercios de este tipo reciben de la Procuraduría General de la República y el Banco de México cursos periódicos para la identificación de billetes apócrifos.

A pesar de que la agencia del Ministerio Público Federal adscrita al aeropuerto capitalino no ha registrado desde hace dos años ninguna denuncia ciudadana por falsificación de divisas, personal de la misma agencia no descarta que pudiera darse en alguna casa o centro cambiario. Pero, según dicen, sería un caso aislado debido a la experiencia y capacitación que tienen los empleados. De hecho, hay muy poca movilidad en el personal que labora en estos comercios y se tiene un estricto registro de él.

Concentrados en la T1, los 38 centros cambiarios existentes en esa terminal –no existe permiso para establecerlos en la nueva Terminal 2, realizan diariamente cientos de operaciones de compraventa de divisas, sobre todo dólares estadunidenses, y en menor medida canadienses.

Así, por ejemplo, entre el jueves y domingo, días en que se concentran la mayoría de los 137 vuelos semanales que desde el aeropuerto de la ciudad de México tienen como destino y procedencia las principales ciudades de Europa, el euro compite dignamente con la moneda estadunidense .

El mismo director del AICM, Héctor Velázquez Corona, y la vocera de los centros cambiarios en la T1, Rocío González Trápaga, señalan, por separado, que hoy en día el aeropuerto ofrece el mejor precio del mercado en la compra-venta y cambio de las principales divisas. Los dólares americano y canadienses, el euro y el yen son las divisas de cambio más comunes en el AICM.

La competencia y el volumen de lo manejado son factores claves; en el precio, siempre estamos mejor que los bancos. No ganamos mucho en cada cambio, pero hacemos más operaciones que cualquiera, nuestro fuerte está en el volumen, insiste González Trápaga.

No obstante, señala que las operaciones de divisas han bajado hasta 40 por ciento desde la inauguración de la T2 y el traslado de Aeroméxico y otras líneas aéreas a la nueva terminal. Además, las autoridades del aeropuerto capitalino se han negado sistemáticamente a permitir el ingreso de los centros cambiarios a ésta, pese a las múltiples solicitudes presentadas por los propietarios de los ya existentes en la T1.

El fondo de esta negativa es proteger a los bancos y contadas casas de cambio que se encuentran en el nuevo edificio, según dicen los propietarios cuyas solicitudes han sido rechazadas persistentemente desde meses antes de su inauguración, en noviembre de 2007. Así, sin competencia, las instituciones bancarias de la T2 ofrecen más caro la divisa, en algunos momentos hasta 60 y 70 puntos arriba del precio ofrecido en la T1.

González Trápaga, quien es propietaria de un centro cambiario, relata que hay casos en que pasajeros que viajan al extranjero desde la T2 se trasladan a la T1, a través del aerotrén, para hacer el cambio de divisas durante el tiempo de espera para abordar su vuelo.

Con muchos menos requisitos que los exigidos a una casa de cambio, el centro cambiario está autorizado a realizar operaciones de compra, venta y cambio de divisas por un monto no superior a 10 mil dólares por día por operación y por cliente.

A partir de 500 dólares, el centro cambiario está obligado a pedir al cliente una identificación oficial, y a partir de cinco mil el operador debe llenar un formulario con el nombre, ocupación, teléfono y domicilio del cliente, en un software distribuido por la Secretaría de Hacienda como base de datos. Este requisito es ineludible, según los operadores cambiarios.

Por los centros cambiarios pasan los turistas nacionales y extranjeros, maleteros y comerciantes, entre muchos otros, que buscan un mejor precio en la compra y venta de divisas, sobre todo del dólar estadunidense.

Ovidio Santos, maletero desde 2003, cuenta que con frecuencia en sus propinas van algunos billetes verdes, pero cada vez son menos.

Yo los guardo, hago mi ronchita y los cambio; no son muchos, pero siempre busco dónde me den más (por ellos); nunca los he cambiado en el banco, dice el joven recién casado, que en siete años ha sido cliente de las 17 centros cambiarios que hay entre la puerta 7 y 9 de la Terminal 1, justo en la salida de vuelos internacionales.