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Ver día anteriorDomingo 20 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Electricidad en la zona central: en los hechos, empeora
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e publicaron en estas páginas, por un lado, problemas asociados con un servicio público empeorado en la zona central, y por otro, un escrito que pronosticaba un futuro glorioso y automatizado en la misma área, ambos para las instalaciones eléctricas.

El escrito anuncia miles de nuevos transformadores, además de subestaciones, otras obras y líneas, todo en 18 meses. ¿Dónde vemos siquiera el principio de cumplimiento de estas promesas? ¿Con qué presupuesto? Ni siquiera reanudaron lo que Luz y Fuerza del Centro (LFC) dejó a medias por su cierre a mano armada, hace más de medio año. Una subestación de 230 mil volts, en serio y no sólo platicada, se tomaría más de los 18 meses, sobre todo con la lentitud que han mostrado los funcionarios.

Se han dado oleadas de apagones, algunos prolongados, y eso que apenas empieza la temporada de lluvias. La información también reporta un aumento de 78 por ciento en las quejas contra el servicio de energía eléctrica.

No es casual que ahora haya habido apagones en el Centro Histórico. Ahí, en Reforma y en algunos otros lugares de la ciudad, hay red subterránea automática. No parece que los de CFE, y menos aún los empleados de las empresas privadas, sepan cómo darles mantenimiento a esas redes. Normalmente, estas redes dan un mejor servicio, con mucho menos interrupciones y energía más estable. Pero, como los otros, requieren mantenimiento, que se nota que no se lo han dado, y no parece que sepan hacerlo.

Esta realidad choca con el mencionado escrito. No hay indicios de que vaya a cambiar la política oficial al respecto. Hay casos en los que el presupuesto no se ha ejercido ni se ve que lo vayan a ejercer, por lo menos no plenamente.

Casi no se habla, sin embargo, de un problema, que en un tiempo se haga tal vez más grave. De por sí, por haberse mantenido la zona central sin nuevas plantas durante décadas, las dos terceras partes de la energía llegan de plantas situadas a 300 kilómetros o más (aparentemente, el documento de LFC redondea a 200 kilómetros, luego 300 y así). LFC, en 2005, afirmaba que un sistema eléctrico no es confiable cuando depende en más de la mitad de generación lejana.

Agregaba LFC que “la falta de generación cercana y el constante incremento de la demanda de energía eléctrica ha originado que el área de control central se encuentre operando de manera continua en estado de alerta”.

Esta situación no ha mejorado, al contrario. Hace poco más de un mes, en este mismo espacio, señalábamos que el documento oficial Prospectiva del sector eléctrico 2009–2024, anunciaba para 2009–2013, en la zona central, el cierre de plantas de base (no para situaciones críticas) en las instalaciones Jorge Luque, Nonoalco, Lechería y Valle de México, casi una cuarta parte de la capacidad existente en esta zona.

Debemos tener presente una aparente contradicción. En la red en su conjunto, la capacidad de generación de electricidad sobra, porque los negocios de CFE para aumentar las plantas privadas en algunas épocas no ha tenido límite. Pero no hay contradicción con la escasez de capacidad en la zona de control centro, ambas son ciertas.

Lo que sucede es que no se puede trasladar la energía mágicamente de un lado a otro. En el camino no sólo hay líneas de transmisión, sino también lo que se llama cargas, centros de mucho consumo, y la energía que sigue circulando se va distorsionando y perdiendo estabilidad.

Las fallas, entonces, no sólo se deben a causas, digamos, de corto plazo, al mal estado de las instalaciones cercanas al lugar del apagón, o dentro de él, sino que el sistema eléctrico mismo se está deteriorando. Esto puede dar lugar a grandes y largos apagones.