Tembisa, 18 de junio. Corea del Norte se las arregló para decirle al mundo, sin pronunciar una sola palabra, que su equipo está intacto.

Bajo una humareda proveniente de los pastizales quemados en las cercanías del estadio Makhulong, los norcoreanos exhibieron a la prensa a sus 23 jugadores, una forma de desmentir los rumores de que cuatro de sus futbolistas habían desertado y solicitado asilo político.

En una fría tarde de Tembisa, un deprimido suburbio de Johannesburgo, los asiáticos prepararon el partido que jugarán el lunes ante Portugal, en Ciudad del Cabo.

El miércoles, medios italianos lanzaron la especulación de que cuatro convocados habían abandonado la concentración. Pese a que canceló la rueda de prensa prevista para hoy, el seleccionado de ese país ofreció al público parte de su entrenamiento para desmentir que le faltaran futbolistas.

Todo se originó en el duelo del martes en el estadio Ellis Park. La alineación norcoreana marcaba como ausentes al arquero suplente Kim Myong-Won y tres jugadores de campo, An Chol-Hyok, Kim Kyong-Il y Pak Sung-Hyok. Ninguno de ellos estuvo en la banca.

Es una confusión, los equipos no están obligados a llevar a sus 23 jugadores a los partidos, dijo Pekka Odriozola, portavoz de la FIFA.

Corea del Norte es uno de los países más aislados, herméticos y pobres del planeta. Sus habitantes pudieron ver recién el miércoles, 17 horas después de disputado, el partido que marcó su regreso a los mundiales.

En Magaliesburg, el seleccionador de Portugal, Carlos Queiroz, declaró que los excesos verbales de Deco, quien criticó sus decisiones tácticas tras el empate sin goles ante Costa de Marfil, estaban ya enterrados. A veces se cometen errores, pero esto no ha dañado el ambiente del equipo.