Sábado 19 de junio de 2010, p. 6
Esta es la historia de una carta que aún no llega a su destinatario. Una carta que ha esperado más de 12 años para ser leída por Dario Fo. La escribió José Saramago en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el 16 de marzo de 1998, cuando éste aún era un fuerte aspirante al Nobel de Literatura, galardón que finalmente le fue conferido ese año.
Es una carta que hasta la fecha es resguardada por nuestro compañero Carlos Cisneros, a quien La Jornada le había encomendado en aquel entonces levantar registro fotográfico de la visita del escritor portugués por aquella entidad del sureste, en la que recorrió la comunidad de Acteal, apenas tres meses después de la matanza perpetrada allí por un grupo paramilitar.
Informado por el fotorreportero mexicano de que existía la versión de que el dramaturgo italiano Dario Fo viajaría a ese mismo punto del país el 17 de marzo de ese año, el autor de La caverna decidió escribir la citada carta –cuya copia facsimilar y traducción se encuentran en esta página– ante la imposibilidad de esperar a su amigo, Premio Nobel de Literatura (1997).
Cisneros aceptó la petición y recibió de Saramago la misiva en un sobre abierto, el cual hasta la fecha no ha podido entregar al creador italiano, porque éste nunca llegó a Chiapas. Por ello el documento aún está en su poder, en espera de depositarla en manos de su destinatario.
Cher Dario
San Cristóbal, 16 de marzo de 1998
Querido Darío:
Nosotros partimos, tú llegas. Lástima. Vas a penetrar en un mundo terrible y fascinante. Chiapas será para ti como fue para mí un shock.
Estamos aquí más cerca de la resistencia, del estoicismo, de la serenidad, entre estos indios: humillados, masacrados. Jamás han bajado la cabeza.
Tú tienes ojos para ver. Di en Italia lo que es Chiapas. Espero que podremos rencontrarnos en México, Distrito Federal. Si quieres puedes contactar como intermediario a mi editor en Alfaguara.
Pilar, mi mujer, te saluda; yo te mando un abrazo.
Estamos en el hotel Westing Plaza, Zona Rosa.
José Saramago