La tercera parte de Toy Story, dirigida por Lee Unkrich, se estrenará este viernes
Los juguetes dan oportunidad a los niños de tener control de su vida
Busqué que la película tuviera el mismo ADN que las anteriores, afirma el también codirector de Monster Inc
En Pixar hacemos cintas significativas para nosotros mismos
, comenta
Viernes 18 de junio de 2010, p. a16
Ser niño es muy difícil, pues no tiene el control sobre su vida y los juguetes le dan la oportunidad de tenerlo y de inventar historias, afirmó en entrevista el realizador Lee Unkrich, a propósito del estreno, este viernes, de Toy Sotry 3.
El director de la tercera parte de la saga agregó: Es un problema que los juguetes ya no tengan ese papel en la vida de los niños, porque ahora tienen distracciones como los videojuegos y la Internet, que son cosas sobre las que no tienen control
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En Toy Story 3, que se exhibirá con mil 96 copias (350 en 3D y seis en IMAX), Andy ha crecido, ingresa a la universidad, y sus juguetes, incluidos Buzz y Woody, van a parar a una oscura bolsa en el ático.
Unkrich dijo que Disney y Pixar, la productora, no hace películas para niños, pues no es el público objetivo, “sino que simplemente hacemos cintas son importantes y significativas para nosotros mismos, así como adecuadas para los niños. En este caso, nos preguntamos: qué son los juguetes en la vida y cómo hacer para que permanezcan y no cambien, aunque eso no suceda en la vida real, pues los hijos crecen, estudian, se van de la casa… los padres mueren. Pasan muchas cosas y tenemos muchas decisiones que tomar. Esto es relevante y no importa si se tienen 5 o 75 años”.
Unkrich precisó que nunca ha tratado de diferenciar una película de otra: “No sé… hay ciertos filmes clásicos hechos por Disney, quien decía que no hacía obras para niños, sino sólo películas. Eso pensaba, aunque iban dirigidas al niño que todos llevamos dentro. Hay cintas animadas que son muy profundas, y de éstas son las que queremos hacer”.
Considera que en general la gente no ve los personajes como dibujos animados, sino como personas. Afirmó: No es mi meta que la gente salga del cine llorando. Mis películas favoritas son solamente las que me hacen sentir algo, porque vemos mucho entretenimiento desechable del que después no nos acordamos. Las películas nos llevan a un entorno seguro y a experimentar sentimientos muy fuertes, por eso a la gente le gustan las películas de terror, pues hacen que suba la adrenalina. Sí, se asustan, pero están en paz, porque saben que no es real
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Añadió que cuando fue llamado para dirigir Toy Story 3 se sintió muy honrado, pero con una gran responsabilidad, porque se trataba no de superar, sino por lo menos de hacer algo a la altura de las dos primeras cintas. Encontré personas de la producción que realmente sienten amor por la historia, además de que millones en el mundo la tienen como parte de su infancia. Ahora pienso que sentir ese temor fue algo bueno, porque me motivó a esforzarme por hacer lo mejor posible mi trabajo. Fui muy afortunado de estar rodeado de muchos colegas que me ayudaron a hacer las dos primeras películas. Busqué que la tercera tuviera el mismo ADN, por decirlo así, que las dos primeras.
Lo más difícil de esta ocasión fue contar una nueva historia, dice. Todos los esfuerzos son vanos sin una buena historia, pero aquí sí la había. Hubo desafíos técnicos. Las escenas de los basureros fueron de lo más complejo, en lo referente a lo visual. A los especialistas les llevó año y medio hacer este trabajo, sobre todo el efecto de sacar basura, porque el propósito era que fuera real y tenebroso. Otro de las grandes desafíos fueron los personajes humanos. Tenemos de estos personajes en la uno y en la dos, pero ahora, en la tres, eso se volvió vital, pues debían tener alma. Lo pueden ver en la escena final, que se llevó mucho tiempo y esfuerzo.
No vengo del mundo de la animación
El cineasta ha codirigido Toy Story 2, Monster Inc y Buscando a Nemo. “En ellas mi responsabilidad era compartida, pero ahora todo el peso estaba en mis hombros. Ahora bien, yo no vengo del mundo de la animación, sino de películas normales. Afortunadamente, me he rodeado de animadores excepcionales durante los pasados 15 años, así que he aprendido por ósmosis, digamos. A pesar de todo, sigue siendo un desafío pararse en esos estudios y con esa gente.
“En mi mente sólo existe Toy Story 3, porque tomó cuatro años de mi vida hacerla y no hay planes para realizar Toy Story 4. Pero no hagan caso, porque cuando hicimos la primera dijimos que nunca habría una parte 2. Lo que sí aseguro es que siempre buscaré presentar una historia de Andy y sus juguetes de forma muy linda.”