onmovedora como una telenovela resultó la reunión celebrada el pasado lunes con los más importantes concesionarios de televisión y radio del país, directores de periódicos, empresarios, rectores de exclusivas o de premiadas universidades, científicos, investigadores, intelectuales y locutores.

Tan insólito encuentro fue para anunciar Iniciativa México, un proyecto que busca rescatar al México dinámico y emprendedor, así como reconocer y exaltar los esfuerzos de las personas que, con sus iniciativas, trabajan por el México que todos queremos. El duopolio televisivo convocó pues a unir esfuerzos ciudadanos que impulsen la transformación del país que ambas televisoras, con su programación basura y manipuladora, han entorpecido.

Tras 50 años de incumplir a diario la Ley Federal de Radio y Televisión vigente, publicada en el Diario Oficial el 19 de enero de 1960, cuando la brecha entre ciudadanía y gobierno no era tan abismal, hoy los autorregulados e intocables concesionarios comienzan a inquietarse ante los primeros efectos de su increíble irresponsabilidad como medios sin conciencia social: un país ignorante, desquiciado y en retroceso.

Ello sucedió gracias a que los señores de la televisión y la radio han contado con la abierta complicidad de sucesivos gobiernos, que en su creciente ineptitud y lamentable visión de Estado descubrieron la brillante fórmula para llevar la fiesta en paz, aunque se llevaran entre las patas de su respectiva ambición las posibilidades de desarrollo de un país entero: otorgar concesiones a cambio de que los afortunados concesionarios sean incondicionales del gobierno en turno, sin cuestionar el mediocre desempeño de unos y otros y pasando por encima del interés público.

Pero Iniciativa México solicita propuestas que rencaucen el extraviado rumbo del país, y como seguramente pocas o ninguna de aquéllas tendrán relación con la devaluada fiesta de toros, este espacio propone cuatro centros de capacitación que en el corto plazo contribuirán al reposicionamiento del espectáculo taurino, urgido como nunca de profesionalización.

El Centro de Capacitación para Empresarios Taurinos de Lento Aprendizaje (CECETLA), que periódicamente ofrezca diplomados con empresarios taurinos europeos sobre materias acá todavía sin asimilar, como: planeación e inversión con rigor de resultados, marketing taurino en el siglo XXI, manejo moderno de imagen de espectáculos arcaicos, competencia con eficiencia, estímulos y motivaciones, o armonía interior y liderazgo, entre otros.

Igualmente el Centro de Capacitación para Toreros (CECATO), que además de lo técnico incluya talleres de autoestima, toma de conciencia individual y colectiva, sindicalismo y arte, administración profesional del torero, y cómo conservar la vocación sin perder la paciencia.

El Centro de Capacitación para Jueces de Plaza apoyados por la Autoridad (CECAJUPAA), con cursos de actualización sobre estado de derecho y toros, tener y ser autoridad, sensatez y mando, representación y dignidad.

Por último, pero no menos importante, el Centro de Capacitación para Comunicadores Taurinos (CECACOTA), con seminarios intensivos acerca de métodos de percepción técnico-artística, habilidad verbal, principios elementales de redacción, y diferencia entre crítica constructiva y relaciones públicas. Los tíos Lolos de Iniciativa México quizá apoyen estas propuestas de alto impacto socio-cultural y de profesionalización de una tradición hace años en manos de amateurs pero multimillonarios.