Opinión
Ver día anteriorDomingo 13 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El Despertar

Desde abajo y desde lo profundo

E

s difícil que las elites inicien el proceso de cambio a pesar de que es necesario y urgente. La nación y las elites con ella se desplazan hacia una peligrosa ruptura. A pesar también de que la modernización beneficiaría a las elites a mediano y a corto plazo porque serían ellas los que pudieran disfrutar de un nuevo crecimiento por tener los recursos y la preparación en una escala mayor al resto de la población. Pero las elites están cristalizadas, predomina en ellas el egoísmo y la miopía.

En esta coyuntura los cambios sólo pueden venir de la conciencia, la inconformidad y la organización política de sectores muy amplios de la población: desde abajo y de lo profundo, de las clases medias y los sectores populares más afectados por la decadencia y también por supuesto de una enorme falange de empresarios e intelectuales.

Es probable que algunos de mis lectores no confíen en que eso sea posible. Pablo González Casanova en La democracia en México, en 1964, afirmaba que una masa mayoritaria esperaba inerte las decisiones que se tomaban desde arriba. Jorge Ibargüengoitia, a principios de los 80, decía que la corrupción del PRI estaba vinculada a la de las grandes masas.

Desde entonces se ha operado una revolución cultural silenciosa. Poco a poco la inconformidad se ha extendido. La gente entiende que no puede haber cambios en la destructiva política económica sin una alternancia en el poder.

Pero no podemos hacernos ilusiones: sin organización, las masas quedarán atrapadas con la compra y coacción de voto, manipuladas por la televisión. ¡Seamos optimistas! está surgiendo una organización capaz de ser la vanguardia del cambio. Andrés Manuel López Obrador encabeza un movimiento que crece en todo el país, aunque se le ignore en los informativos.

Al iniciar junio tiene grupos organizados en 2200 municipios del país y en 8 mil secciones territoriales. La organización suma por lo menos 10 millones de mexicanos.

Como dice Lorenzo Meyer, los obstáculos que enfrentamos son formidables: el duopolio televisivo, el PRI reciclado y el PAN proclive a asociarse con las peores causas y, sobre todo, la oligarquía. Cierto, la empresa parece descomunal, pero es la única opción en el horizonte político. Su presencia se impondrá. Se logrará romper la dura costra de la conspiración del silencio. En ninguna sociedad podría ocultarse indefinidamente fenómeno semejante.