Guadalajara, Jal., 12 de junio. El cardenal Juan Sandoval Íñiguez condenó a la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) y negó que la Iglesia permita el aborto dentro del derecho canónico, como asegura la agrupación en una campaña que desarrolla en nueve estados del país.

Por medio de El semanario –la publicación dominical de la arquidiócesis de Guadalajara–, Sandoval Íñiguez advierte a los católicos que andan por ahí unas mujeres muy activas, tanto en algunos medios de comunicación como en plazas públicas y en instituciones, dizque explicando a quienes quieran escucharlas, que de acuerdo a la doctrina de la Iglesia, ésta sí permite el aborto.

Bajo el título Alerta ante tantas mentiras, el prelado señala en su texto: “parece ser, pues, que ahora el diablo se ha metido a predicador, ya que ellas no son de ninguna manera católicas, sino que integran la sucursal de una institución, de cuando menos 20 años de antigüedad, y su matriz se encuentra en Estados Unidos, donde recibe la denominación de Catholic Women pro Choice, cuyos miembros son sostenidos y pagados por fundaciones u organismos internacionales de carácter maltusianista, que insisten, a toda costa y por todos los medios, en disminuir el número de nacimientos y por ende de la población, sobre todo en los países pobres y tercermundistas”.

Tanto el gobierno mexicano como el de Estados Unidos, agrega, han destinado millones de dólares a las políticas anticoncepcionistas y pro abortistas de CDD.

Para el líder de la Iglesia católica en Jalisco, las mujeres integrantes de la organización emplean falacias como el hecho de que la institución religiosa acepta el aborto en determinadas situaciones.

El 31 de mayo pasado, CDD inició la campaña Otra mirada católica al aborto en nueve estados, entre ellos Jalisco. De acuerdo con los datos de la campaña, seis de cada 10 practicantes de esta religión aprueban que se legalice el aborto.

El clero católico no acepta el aborto. Que quede claro: ni siquiera por violación ni por malformación del feto ni por enfermedad de la madre o peligro de muerte de ella; tampoco a causa de la pobreza extrema de la familia en la cual estuviera destinado a nacer, afirma Juan Sandoval en el texto.

El jerarca religioso lanza un ultimátum: que todo aquel que predique, recomiende, apruebe o practique un aborto, no puede ser católico porque, aunque lo diga, no cree en la doctrina de la Iglesia y no acepta la moral evangélica.

Concluye: esas mujeres (de CDD) lo que buscan es lucrar con falsedades, pues se les paga muy bien por sembrar la confusión y difundir la mentira de que son católicas y de que la Iglesia sí permite el aborto.