Ni gobierno ni democracia
Degradación institucional
SRE, en picada
Incapacidad defensiva
a estructura institucional de defensa de los intereses de los mexicanos ante el extranjero ha sufrido una grave degradación durante las administraciones panistas. La condición intelectualmente silvestre de Vicente Fox fue aprovechada por el utilitario Jorge Castañeda, que como canciller encajaba en el principio básico de política exterior que interesaba al simplista ex gobernador de Guanajuato: acomodarse lo mejor posible al dominio estadunidense y tomar distancia de los matices izquierdistas latinoamericanos (en medio, la esperada enchilada completa
migratoria que terminó convertida en proyecto de albur). Con Luis Ernesto Derbez las cosas fueron peor: el entreguismo a Estados Unidos ni siquiera tuvo disfraces retóricos, la opacidad y la mediocridad parecieron requisito de trabajo en la alta burocracia y varias plazas diplomáticas importantes fueron convertidas en oficinas de promoción comercial de México y de las empresas y amigos del grupo en el poder.
Calderón, instalado en el poder fraudulentamente por una amalgama de intereses entre los que destacan los de Estados Unidos, temeroso este país de que a un lado de su frontera se instalara un gobierno izquierdista
, ni siquiera se esforzó por guardar las apariencias: colocó a Patricia Espinosa en la Secretaría de Relaciones Exteriores por un cálculo de cuotas de género y mandó a Washington a Arturo Sarukhán, quien buscaba y busca la titularidad de la SRE amparándose en una presunta cercanía estrecha con Calderón, lo que resta poder a la de por sí abandonada Espinosa y deja protagonismo y cierto rango de autonomía improductiva al embajador en Estados Unidos.
Pero, más allá de los enredos internos del área específica de la diplomacia mexicana, el jefe formal del gobierno mexicano ha mostrado una dependencia real de los dictados de la Casa Blanca, de sus intereses políticos y económicos, a la vez que una presuntamente compensatoria postura de fanfarronería provinciana que, manteniendo de fondo la condición subordinada al poder gringo, gusta de fabricarse apariencias retadoras como el discurso pronunciado semanas atrás ante el Poder Legislativo estadunidense, en una especie de embriaguez oratoria que le cosecha aplausos en lo inmediato –de ninguna manera sinceros, más bien al estilo de quien empuja a otro a comer lumbre– pero graves consecuencias para el interés específico de los indocumentados mexicanos, que quedaron peor después de las altisonancias discursivas calderónicas, expuestos a la revancha republicana implacable, dañados por la ley Arizona hasta ahora no sólo intocada sino en vías de reproducción en otros estados de ese país, y convertidos en pieza de caza de la xenofobia gringa reavivada.
El personaje que hoy disfrutará en vivo del partido inaugural del torneo planetario de balompié no tiene fuerza, respeto ni proyecto en Estados Unidos, donde solamente se le considera el ejecutor sangriento de las políticas de reacomodo del narcotráfico y el gerente de operaciones del proyecto de expansión de la frontera estadunidense hasta el sur del propio México. Calderón ha aceptado el papel mendicante y abdicante que la Iniciativa Mérida asigna a sus socios similares, como sucede en Colombia, y en aras de esa compra con dinero ha permitido que los sistemas policiacos y de inteligencia de Estados Unidos se instalen sin problema en México, donde el embajador Carlos Pascual interviene directamente en asuntos políticos nacionales y opina públicamente sin pudor alguno sobre temas propios de los mexicanos.
Por todo ello es que Calderón no puede más que cumplir con representaciones escénicas de enojos de saliva frente a las agresiones criminales de agentes estadunidenses contra mexicanos. No hay gobierno ni diplomacia que defiendan a los mexicanos, y de ello el poder estadunidense naturalmente se aprovecha, declarando armas mortales a las piedras que contra sus policías se lancen, arguyendo que la muerte de un adolescente en Ciudad Juárez fue causada por su falta de respeto a las autoridades y hablando claramente algunos de los miembros de la Patrulla Fronteriza de que le asiste a Estados Unidos el derecho a enfrentar con las armas cualquier amenaza, incluso si ésta se localizara en territorio mexicano (una unión de oficiales de la Patrulla Fronteriza tiene en Twitter la cuenta @BPUnion en la que se pueden leer los razonamientos discriminatorios y ofensivos con que justifican la agresión. En uno de ellos dicen que los traficantes mexicanos a los que se enfrentan no son muy brillantes, darwinismo en acción
. Ese comentario fue retirado de la cuenta, pero en www.twitpic.com/1vlwce puede verse). Pero nada es más importante hoy para Calderón que... ¡gooooool!
Astillas
En su condición de militante perredista, Alejandro Rojas Díaz Durán ha hecho llegar a Jesús Ortega una carta para dejar constancia de su absoluto desacuerdo
con las alianzas PRD-PAN y llamarlo a cancelarlas. ¿Cómo somos aliados de quienes avalaron el fraude en la elección presidencial de 2006? ¿O ya no tenemos memoria o perdimos la dignidad y los principios?
, pregunta el secretario de Turismo del gobierno que encabeza Marcelo Ebrard, quien ha asistido a actos de esas alianzas para expresar apoyo. Estamos a punto de rectificar (...) de otra suerte, los únicos beneficiarios serán el PRI y la coalición de intereses que hoy gobiernan en contra de las causas y principios de la República
, por lo que espero al menos una reflexión y discusión seria sobre este tema en los órganos correspondientes de nuestro partido
... Y, mientras hay heridos en Cananea, la PGR desmiente a la Marina respecto a presuntos explosivos encontrados en el DF, en Hidalgo el gobierno estatal denuncia que Pemex le quiere hacer de pleito ratero lo de la refinería, y el derrame petrolero se encamina a México tal como todo mundo suponía pero el calderonismo lo negaba, ¡feliz fin de semana, con López Obrador ya montado en el cuaco de campaña luego de la presentación de un libro ayer en el teatro Metropólitan!
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