Johannesburgo, 10 de junio. El seleccionador Javier Aguirre aceptó el reto de Carlos Alberto Parreira, técnico de Sudáfrica, y dijo que aunque los Bafana Bafana quieran hacer un infierno del juego inaugural de este viernes en la Copa del Mundo, al final son 11 contra 11.

El Vasco ofreció en el estadio Soccer City su última conferencia antes del choque que pondrá en marcha el Mundial 2010 y las acciones del grupo A.

México no le teme a nadie, llega bien preparado y con hambre y ganas de hacer historia, dijo Aguirre y respondió a Parreira que “para guerreros, nosotros, que nos gusta la palabra y la usamos mucho para alentar a los muchachos.

Será un juego bonito, un gran duelo, disputado, y más allá de la inauguración, el espectáculo musical y todo eso, al final será un baloncito en el medio con un árbitro para dirimir las jugadas, pero se impondrá el que juegue mejor, no el que tiene más apoyo, aliento o amigos, llámese como se llame.

Agregó que estamos tranquilos, fuertes y descansados. Llegamos en nuestro punto más alto en todo sentido. Todo lo que puedo decirles a mis jugadores es que disfruten y ganen.

El estratega argumentó que estamos culminando un proceso de 60 días juntos, con la incorporación de la gente de Europa y llegamos al punto que queríamos llegar, muy motivados, convencidos de lo que queremos hacer en la cancha y con mucha confianza de que será un gran día para México.

Consideró un honor que Nelson Mandela esté en la tribuna presenciando al menos los primeros 15 minutos del juego, y dijo ser admirador del líder.

“De joven me involucré mucho en cómo marchaba el mundo, leía mucho sobre Mandela, Desmond Tutu, y los admiraba por sus ejemplos y heroísmo, y sería un gran honor para mí estrecharle la mano a Mandela, si se puede.

El premio Nobel de la Paz es un icono viviente que ha hecho mucho por este pueblo y por el mundo, pero mañana nada de eso cuenta. El partido es lo que vale... con Mandela estaremos en desacuerdo 90 minutos, después volveremos a estar con él, señaló.

Aguirre aclaró que no le importa el estilo del rival, sino que mi equipo sea capaz de imponer el suyo. Somos afortunados porque hacemos lo que nos gusta ante millones y millones de personas. Ojalá estemos a la altura. Mi plantel viene a jugar futbol, no a turistear ni a hacer amigos, y estamos concentrados.

La selección, dijo, cuenta con elementos de experiencia que han jugado en estadios llenos, en condiciones de visitante y llevan muchos años en el negocio. Los más jóvenes también están curtidos en diferentes batallas, evidentemente nunca en una inauguración; eso, muy poquitos del mundo.