Jerarcas religiosos, académicos, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) repudiaron el homicidio del menor Sergio Adrián Hernández, cometido por un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

La CNDH señaló que la actuación de las autoridades diplomáticas deberá significarse por la defensa de los derechos del estudiante, asesinado en las inmediaciones del puente Paso del Norte, en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Académicos de la UNAM aseguraron que si el gobierno mexicano no toma una posición más firme, digna y estratégica en la defensa de la población de la zona fronteriza, se incrementarán los casos de agresiones y asesinatos de connacionales.

Dámaso Morales, del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, sostuvo que el aumento de efectivos policiacos en la frontera México-Estados Unidos ha elevado la violencia en esa región.

Ese homicidio y la ola de racismo y xenofobia que ha avivado en la población estadunidense la ley Arizona hacen que se disparen estos sucesos de uso desproporcionado de la fuerza.

José Luis Valdés Ugalde, ex director del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, sostuvo que México debe hacer más ruido político y volverse más activo para exigir el esclarecimiento del caso y el castigo de los culpables.

Lo anterior, agregó, no se logra por el camino de la bilateralidad, por lo que deberá llevarse el caso a la Organización de Estados Americanos, a la Organización de Naciones Unidas y a la Corte Internacional de Justicia, porque de lo contrario nos van a volver a matar otro y otro, porque los ánimos en ese país están exacerbados y la Patrulla Fronteriza está incontrolada.

Martín Iñiguez Ramos, internacionalista de la UNAM, sostuvo que al haber sido un delito cometido en el lado mexicano, ahora el gobierno federal tiene suficientes argumentos para llevar a cabo una demanda sustancial en términos internacionales.

El Conapred apuntó que ha quedado demostrado el clima de intolerancia que se vive en Estados Unidos en contra de personas que por su apariencia física son criminalizadas, lo que es producto de expresiones extremas de racismo y xenofobia.

El cardenal Norberto Rivera Carrera señaló que nada justifica el disparo contra el joven y que este crimen tensa las relaciones entre ambos países y agrava la situación fronteriza.

Advirtió que si el asesinato queda en la impunidad, alentaría a que se cometieran actos similares de barbarie en contra de los mexicanos y los migrantes.

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Placencia, se pronunció por que las autoridades federales mexicanas atraigan el caso, ya que se trata de un homicidio que se cometió en nuestro territorio.