Se prevé que el escritor encabece a autores de Castilla y León en la FIL de Guadalajara
No se le debe pedir resultados ni una operatividad directa de carácter práctico, no la tiene
El premio Cervantes deplora el espacio abismal
entre las letras de México y España
Martes 8 de junio de 2010, p. 4
León, España, 7 de junio. Lo único que puede hacer la poesía es intensificar la conciencia del receptor, pero no en el sentido de proporcionarle una ideología o una voluntad de cambio, no servirá para eso
, afirma el poeta Antonio Gamoneda, premio Cervantes y premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, ambos obtenidos en 2006.
Se prevé que Gamoneda (Oviedo, 1931) asista a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, a finales de noviembre de este año, a la cabeza de la lista de autores de Castilla y León, que es la región invitada.
Con ese motivo, el poeta ofreció una breve rueda de prensa en la ciudad de León, en la que radica desde la edad de tres años.
Frente al fenómeno de la desigualdad que puede observarse en España o México a la poesía no se le debe pedir resultados ni una operatividad directa de carácter práctico, no la tiene. La poesía social ha resultado falsa en España, y en el mundo entero hay dos o tres grandes poetas sociales, dos o tres, no más, en todo el mundo
, subraya el poeta, quien el año pasado publicó su autobiografía Un armario lleno de sombra.
El escalón de las desigualdades
“La poesía –prosigue Gamoneda– lo único que puede hacer es, por decirlo así, intensificar la conciencia del receptor, pero intensificarla no en el sentido de proporcionarle una ideología o una voluntad de cambio. No servirá para eso.
La poesía es algo que puede nacer del gozo del sufrimiento, de un hecho existencial; sin embargo, cuando nace el sufrimiento se transforma en una forma de placer.
Por ejemplo, añadió, los poemas de Jorge Manrique, hablan de la muerte y de la fugacidad, pero ¿por qué los leemos? Para sentir algún tipo de placer. Ésa es la utilidad de la poesía con independencia de que pueda hacer más sensible intelectual y anímicamente alguna persona
.
Antonio Gamoneda, quien también ha recibido los premios Nacional de Poesía y Castilla y León de las Letras, trazó esta reflexión a partir de la pregunta de cómo mira a México. Recordó que en una de sus visitas más recientes estuvo Guanajuato y Chiapas.
“De México he advertido algo que seguramente advertiría también en gran parte de los países latinoamericanos, no de los que están peor, pero sí de la zona que debiéramos llamar ‘privilegiada’. No obstante, esa idea mía de que México está en la zona alta económica, cultural, socialmente, de los países latinoamericanos advierto el mismo fenómeno que en casi todos los demás que conozco que son bastante: el gran escalón de las desigualdades.
“Hay una diferencia abismal en el modo de vivir, en las cuestiones en la economía de las personas, quizá en San Cristóbal de las Casas haya personajes muy adinerados pero la desigualdad se hace sentir. Recuerdo en una ocasión, no sé qué día era de la semana, no sé si hay mercadillos todos los días, pero salía de la casa de un alto funcionario mexicano, donde nos había dado una comida espléndida que mi estómago agradecía, llegué al mercadillo y ahí vi un hermosísimo tapete o mantel, algo por el estilo, y encima de él estaba un indio dormido.
“Yo quería aquel mantel, pero me daba pena levantar a aquel hombre. Lo levanté y por aquel mantel –que una familia había estado 10 y 15 días haciéndolo, una familia entera de cuatro o cinco personas– me pidió lo que podía costar uno de los platos que me había comido en la casa del alto funcionario.
No hablo de la desgracia del indio dormido, ni de la afortunada condición del alto funcionario; sino simplemente de mi percepción de la desigualdad. Había estado muy cómodo, con comida estupenda y llegué a un lugar donde un hombre, que tenía un poquito de fruta al lado, estaba durmiendo. Luego me explicó que había venido desde no sé dónde andando con los manteles. También en España hay de eso.
Edición especial de una antología
Acerca de la literatura, reconoció la obra de Juan Rulfo, Octavio Paz y José Emilio Pacheco, pero lamentó el espacio abismal
que existe entre las letras de México y España. “Lo que padecemos entre ambas orillas es una lamentable incomunicación, que hechos como la feria de Guadalajara atenúan un poquito, pero no es suficiente. Habría que instrumentar, por la vía institucional, cauces de conocimiento recíproco.
Creo que este desconocimiento tiene motivos económicos, pero también hay omisión institucional y serias dificultades para que, a título personal, los autores tanto de México como de España se comuniquen: a mí, mandar un libro a México, me cuesta más dinero que el libro. En esta circunstancia me parece que no son favorables y que se explica la incomunicación, eso significa que conozco insuficientemente la escritura latinoamericana. Claro, qué es conocerla insuficientemente: conocer a los grandes nombres que están proyectados editorialmente en España, y conocer muy poquito y hacer verdaderos descubrimientos cuando tenían que ser conocimientos, no es muy consolador.
Respecto del momento actual de la literatura española, el poeta discrepa de quienes opinan que se encuentra en una especie de edad de plata
.
“No comparto la idea. Pienso seriamente que en particular en lo que concierne a la poesía estamos –si sacásemos la media– por debajo de la que sería la media latinoamericana. No es que me agrade decir esto, ni me disgusta tampoco, pero digo que esta opinión no es demasiado compartida. Es cierto que podríamos juntar algunos, no demasiados, poetas magníficos en España.”
Con miras a su viaje a la FIL de Guadalajara, Antonio Gamoneda adelantó que se prepara una edición especial de una antología.
Van a hacer un volumen de mi escritura completa hasta 2004, que será más económico que aquí. En España resulta carísimo y preparan específicamente para Guadalajara una edición más asequible.