La muerte de cuna ocurre en 0.4 a 1.5 niños por cada mil nacidos vivos. La causa principal es que el bebé duerma boca abajo. En esta posición el riesgo de morir es 13 veces mayor que si es acostado boca arriba. El periodo de mayor riesgo es entre los tres y cinco meses de edad, advirtió Romeo Rodríguez Suárez, coordinador de asesores del secretario de Salud.

Encargado de promover la lactancia materna en el país, el funcionario también se ha dado a la tarea de prevenir los fallecimientos inesperados de bebés. Explicó que en algunos niños está presente una anomalía bioquímica que los lleva a estar menos alertas. Al encontrarse boca abajo son incapaces de levantar su cabeza y liberarse de la cama para poder respirar.

Debido a que se desconoce cuáles niños tienen esa falla bioquímica, lo mejor es colocarlos boca arriba a la hora de dormir. Rodríguez Suárez resaltó que con esta sola medida se evitarían en el país entre mil y mil 500 decesos cada año.

Respecto de la creencia de que si los bebés duermen boca abajo se evita el riesgo de asfixia en caso de vómito, el experto, quien durante 10 años fue director del Hospital Infantil de México Federico Gómez, comentó la experiencia documentada por la Academia Americana de Pediatría en los años 90.

El organismo dijo en 1991 que los bebés deben dormir boca arriba; cinco años después revisó cuántos habían tenido algún problema con la aspiración de comida. Prácticamente no hubo casos de este tipo, salvo en los bebés que tienen reflujo, la cual es una condición clínica específica que ocurre en cualquier momento y no sólo durante el sueño, explicó.

Como parte de las acciones para fomentar la lactancia materna, el Seguro Médico para una Nueva Generación emprendió una campaña de información sobre ambos temas. Distribuye folletos sobre lactancia y muerte de cuna, y un cartel con indicaciones básicas para dormir a los bebés.