Opinión
Ver día anteriorLunes 7 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Aprender a morir

El IMSS prohíbe decidir

I

nfanticidios sí, muerte digna a quien lo solicite, no. De los cuidados paliativos, no por invocados menos alejados de los sistemas de salud en el mundo –tanto por lo novedoso de su concepto cuanto por los requerimientos y costos de su adecuada aplicación–, a los cuidados coercitivos, a incumplir la ley y a prohibir el sano uso de la libertad en un país en permanente minoría de edad, al gusto de sucesivos gobiernos.

A reserva de comentar en próxima ocasión la interesante película Doctor muerte, dirigida por Barry Levinson, con la espléndida actuación de Al Pacino, como Jack Kevorkian, el médico enjuiciado y condenado en Estados Unidos –tan hipócritamente respetuoso de la vida– luego de participar en más de 130 suicidios asistidos a enfermos desahuciados, hoy ofrecemos el documento, tan revelador como la película, que un lector hizo llegar a este espacio.

En oficio circular con fecha 10 de febrero de 2010, dirigido a los directores de Unidades Médicas de Alta Especialidad y a los Jefes de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, el doctor Alfonso Cerón Hernández, coordinador de Unidades Médicas de Alta Especialidad de dicho instituto, informa lo siguiente:

Hago de su conocimiento el resultado de la consulta realizada por esta Coordinación a la Dirección Jurídica del Instituto relacionada con la Ley de Voluntad Anticipada, mediante el que se reitera que el Instituto Mexicano del Seguro Social y su personal médico, no están obligados y menos aún facultados para atender solicitudes de los derechohabientes para la aplicación de los lineamientos establecidos en la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal y la Ley de Salud para el Distrito Federal, con la finalidad de interrumpir todo tratamiento médico quirúrgico encaminado a la preservación de la vida humana. Agradeceré a usted tenga a bien girar sus apreciables instrucciones para difundir entre el personal médico de la Unidad Médica a su cargo este comunicado y vigilar su cumplimiento. Reciba un saludo cordial. Atentamente.

Despreciables resultan estos criterios seudocientíficos y vaticanistas de una institución en grave crisis financiera, de infraestructura y de servicios, que sin embargo suscribe la sandez de que bajo cualquier circunstancia la vida humana es sagrada. Dejad que los niños se quemen aquí, parecen decir, aunque sigamos ignorando el derecho de todo individuo a una muerte digna.