Johannesburgo, 4 de junio. El triunfo del Tri 2-1 en amistoso ante los azzurri dejó al técnico de Sudáfrica, Carlos Alberto Parreira, “realmente impresionado. No sólo porque le ganaron a Italia, pues fueron desafortunados al perder ante Holanda e Inglaterra porque jugaron bien.

Ayer (jueves) dominaron todo el encuentro. México tiene gente con talento y experiencia, físicamente están bien y tienen confianza. No le ganaron a cualquier equipo, vencieron al campeón mundial, comentó el entrenador de la selección anfitriona, quien aprovechó para referirse al juego del 11 de junio ante el Tricolor.

Sabemos que será uno de los partidos más complicados que tendremos, especialmente porque es el juego de inauguración y las expectativas en México son altas, porque es un buen equipo, dijo, y aunque elogió la experiencia del plantel en general, mencionó expresamente a Carlos Vela, quien juega en el Arsenal, y a Javier Hernández, que jugará en el Manchester United.

Parreira reiteró que respetan a todos los representativos del sector A (México, Uruguay y Francia), un grupo que no es fácil, porque no hay un equipo así. Para cualquiera será complicado clasificar, pero ratificó la postura que han mantenido durante toda la preparación.

No le tenemos miedo a ninguno de ellos, trataremos de hacer nuestro juego con gran calidad. El equipo tiene forma, identidad, y debemos demostrarlo en el campo, concluyó.

La escuadra sudafricana tendrá este sábado su último amistoso ante Dinamarca y buscará extender a 11 partidos su racha invicta.

No podemos terminar con un resultado negativo, sintetizó el veterano delantero Siyabonga Nomvete, mientras su compañero y goleador Katlego Mphela apuntó que es la última oportunidad para capturar el corazón de los aficionados.

El rival, que se encuentra 47 escalones por delante de Sudáfrica en la clasificación de la FIFA, también pasará su prueba final antes de debutar el 14 de junio ante Holanda.

Por otra parte, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, entregó el trofeo del Mundial al vicepresidente sudafricano Kgalema Motlanthe.

La copa, de seis kilogramos de peso y hecha con oro de 18 kilates, viajó a Sudáfrica en un cofre diseñado por la empresa de modas francesa Louis Vuitton. Será trasladada a Soweto, afuera de Johannesburgo, donde se encuentra el estadio Soccer City, que será sede del partido inaugural y de la final del torneo.