Académico: los miembros del SNI están preocupados por no salir del programa
Los ingresos que reciben por pertenecer a ese ente, uno de los problemas, indica Galaz
Viernes 4 de junio de 2010, p. 39
En México sólo 16.3 por ciento de los académicos de tiempo completo son miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Pese a ello, subsiste e una enorme presión
por no salir del programa ni perder los estímulos económicos que representan hasta 57 por ciento del ingreso promedio mensual de un científico.
Con la creación del SNI, señaló Jesús Francisco Galaz, catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California, se diversificó la investigación científica, pero también se generaron otros vicios
que comienzan a ser cada vez más visibles.
Ante la necesidad de cumplir con evaluaciones cuantitativas que favorecen al candidato con mayor número de artículos científicos publicados y citas de éstos, disminuyen considerablemente las horas dedicadas a la docencia frente a grupo y la atención directa de estudiantes
.
Agregó que la encuesta nacional La reconfiguración de la profesión académica en México realizada entre científicos en el ciclo escolar 2007-2008, reveló que los miembros del SNI son quienes menos horas destinan a la docencia –ocho a la semana–, mientras que los profesores que no son parte del sistema tienen un promedio de 14 horas.
Si bien quienes participan en el SNI destinan más de 50 por ciento de su tiempo a la investigación, lo que les permite mantener una elevada productividad de artículos y productos
científicos, la atención directa a los alumnos se ha desplomado.
La encuesta levantada entre académicos de más de 80 universidades y centros de investigación, públicos y privados, establece que mientras un profesor con licenciatura que no pertenece al SNI atiende en promedio 118 alumnos durante el año escolar, uno con doctorado y miembro del programa sólo le da seguimiento a 40, pese a que el número de estudiantes es mucho menor en cursos de posgrado.
Este tipo de programas federales demandan mucho tiempo y atención de los investigadores para poder mantenerse dentro de los incentivos, tanto internos como externos. En determinado momento se pueden dar situaciones de desapego a la misión que debe tener en su institución.
En cuanto al impacto del sistema en el salario de los académicos, Galaz indicó que mientras el ingreso promedio institucional es prácticamente igual para los investigadores que están dentro o fuera del SNI, al oscilar de 18 a 24 mil pesos mensuales, dependiendo del grado académico alcanzado, la diferencia es pertenecer o no al sistema. En promedio un científico del SNI puede percibir hasta 13 mil pesos mensuales adicionales a su salario base
.
La diferencia en el ingreso promedio mensual de los académicos de tiempo completo que forman parte del sistema es de 21 mil pesos para profesores con licenciatura que no son miembros, mientras que un doctor que sí forma parte del programa percibe, en promedio, 49 mil pesos. Un académico con maestría y sin acceso a incentivos externos gana unos 26 mil pesos, y un doctor que no está en el SNI sólo alcanza en promedio 34 mil pesos.
Alertó que el grave problema es que este incentivo del SNI tiene un alto grado de incertidumbre, pues si no se cumple con el puntaje puede salir del programa
. Es precisamente este modelo, indicó, lo que obliga a que muchos investigadores busquen alcanzar un perfil académico único con alta productividad, pero escasa atención a la docencia y la divulgación científica
.
Este impacto negativo del sistema en la carrera académica, agregó, también ha tenido un efecto en el proceso de jubilación. De los académicos activos miembros del programa, 82.8 por ciento no ha pensado en retirarse, pues el ingreso económico externo que reciben por pertenecer al SNI no forma parte del salario base, y por lo tanto no será considerado en su retiro
.
En contraste, indicó que 34 por ciento de los académicos con licenciatura y fuera del SNI sí han pensado seriamente en jubilarse con los ingresos promedio que han alcanzado. Pero subrayó que la diferencia salarial de este sector con aquellos investigadores que cuentan con doctorado y están en el programa es de al menos 130 por ciento. Situación que favorece un envejecimiento de la plantilla científica que no quiere dejar sus puestos de trabajo porque perderían más de la mitad de sus ingresos económicos
.