El espectáculo reúne arte sonoro y fragmentos de la obra de su abuelo, el autor de Bestiario
En otro foro se ofreció la fusión de jazz, rock, son y jarabe con Steven Brown y la Banda Mixe
Martes 1º de junio de 2010, p. a10
Puebla, Pue. 31 de mayo. El domingo pasado, uno de los mejores días del 12 Festival Internacional de la Ciudad de Puebla, se congregaron públicos diversos y músicas del mundo, cuando Alonso Arreola y su hermano Chema presentaron su espectáculo Confabulario musical, homenaje a su abuelo Juan José Arreola, poeta de altos vuelos que marcó su vida en muchos sentidos.
En otro escenario, Steven Brown y la Banda Mixe alegraron la tarde noche de cientos de oriundos de este estado y de quienes vinieron ex profeso para escucharlos debido a su fama, la cual desborda los límites de su entidad.
En el primer caso, los hermanos Arreola estuvieron acompañados por Jaime López, Nicolás Alvarado y Fernando Rivera Calderón, quienes leyeron con ciertos toques teatrales fragmentos de obras de Bestiario y Confabulario, del maestro jalisciense.
Alonso Arreola ha creado un espectáculo, en el cual con su música contemporánea y plena de atmósfera da lugar a que los participantes pronuncien con los tonos que requieren las líneas de algo de lo mejor de la inventiva arreolanea. Juan José sigue vivo, y hoy es más necesario que nunca mantener su recuerdo, donde la falta de voces de intelectuales que se identifiquen con la sociedad. Juan José aprovechaba todo espacio o foro para opinar sobre los temas más disímiles, como el futbol y las mujeres, e intercambiaba puntos de vista hasta con Thalía.
Vacaciones con el abuelo
En rueda de prensa, horas antes del espectáculo, efectuado en el Museo San Pedro, los hermanos Arreola recordaron con cariño a su abuelo, a quien definieron como alegre, crítico y relajiento. Contaron que cuando iban de vacaciones a casa de su abuelo en más de una ocasión se molestó por la música de algún grupo de rock que salía del tocadiscos. Solía decir que la batería era algo primitivo, y que el tal Jimi Hendrix era terrorista.
En más de una ocasión, no obstante, Juan José escuchó con paciencia y alegría algo de Rush, lo cual ampliaba su espectro sonoro e incrementaba sus experiencias vividas en los grandes foros de Nueva York.
Para Jaime López, leer textos de Arreola es un placer que exige comprensión y profundidad. En su lectura, ante la fuerza del bajo y de la batería, su voz desgarrada superaba los decibeles, y el efecto dramático emocionó al público. Su experiencia quedó demostrada, y no se opacó para nada en un espectáculo con tintes performanceros.
En el encuentro con los medios, Alonso y Chema dijeron que nunca les molestó la serie de parodias que hicieron diversos cómicos sobre su abuelo, como la de Los Polivoces o la de Alejandro Suárez. Nicolás Alvarado destacó que la figura de Juan José Arreola fue de tal popularidad que se buscó parodiarla, lo cual era imposible en el caso de otros intelectuales, como Octavio Paz.
Para Jaime López, la influencia de Juan Rulfo en la obra de Juan José Arreola es directa. Para él, el mejor poeta mexicano, aunque escribió en prosa, es Juan Rulfo.
El foro del Museo San Pedro aplaudió el espectáculo, que puede considerarse único en su factura. Fue la segunda ocasión en que se presentó, pues la primera se realizó en la Casa del Lago.
Fusión de orquestas
Por otra parte, en el atrio de la iglesia de San Francisco, la Banda Mixe, considerada única por su calidad y capacidad de fusión, demostró que la música de banda no tiene por qué ser estridente, como ocurre con la mayoría del género grupero.
Steven Brown lleva cinco años de colaboración con la Banda Mixe y ha trabajado estrechamente con Leovigildo Martínez, orgulloso representante de los mixes, etnia que ha pasado a la historia como la de los no conquistados
, pues existe la leyenda de que el último de sus jerarcas escapó a Chiapas o a Oaxaca. Esa fama trasciende hasta nuestros días, y los mixes son considerados independientes.
Steven Brown expuso que con la Banda Mixe ha hecho fusiones y colaboraciones importantes con grupos europeos y de los Balcanes, pues hay similitudes en cuanto a orquestación. De esa colaboración ya existe un disco, y los artistas europeos tocan en sus presentaciones temas como La Llorona.
La banda fue del jazz al rock y del son al jarabe. En los pasillos varias parejas levantaron polvo al bailar al modo tradicional: zapateando.
Emotivo y al borde de las lágrimas, un viejo mixe pedía varios temas. Steven Brown y Leovigildo han logrado piezas que unen alegría y tristeza, tradición y modernidad.