El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se reunió ayer con el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, para tratar asuntos bilaterales en materia de seguridad.

El encuentro privado, en Bucareli, ocurre un día después de que el gobierno del vecino país anunciara su propósito de modificar el destino de la ayuda para el combate a las drogas en México, con un viraje hacia planes y programas para erradicar la corrupción en las corporaciones policiales y fuerzas federales, más que en la compra de costosos equipos.

De acuerdo con fuentes consultadas, el diálogo entre los funcionarios y representantes diplomáticos de ambas naciones tiene una abultada agenda porque se intenta hacer compatible el plan estadunidense relativo a apoyar el fortalecimiento a la legalidad en México con la estrategia contra el crimen organizado que desde diciembre de 2006 encabeza el presidente Felipe Calderón.

En el plan de trabajo común está pendiente también la estrategia ante la próxima entrada en vigor de la ley Arizona, criticada por su carácter antinmigrante. Existe un programa para la repatriación ordenada, con base en un memorando firmado por autoridades federales. De ahí que el gobierno mexicano no reconocerá las deportaciones ordenadas por autoridades locales estadunidenses.

El primero de junio se inicia un programa extraordinario de repatriación para apoyar, con transporte y un pago de mil 500 pesos a cada mexicano devuelto por la franja de Arizona.

Al mismo tiempo del encuentro con Pascual, en la oficina de Gómez Mont estuvo presente Eugenio Hernández Flores, gobernador de Tamaulipas, una de las entidades más golpeadas por los hechos de violencia vinculados al narcotráfico.