En casas del pueblo de Santiago Zapotitlán, en Tláhuac, los polines han sustituido a los muebles de las salas, recámaras, comedores y baños, pues las grietas en muros, techos y marcos de ventanas, ocasionadas por las obras de la Línea 12 del Metro, tienen en la incertidumbre a decenas de familias ante el riesgo de que se colapsen sus inmuebles.

Durante un recorrido por viviendas de la avenida Tláhuac y calles como Narciso Mendoza y Francisco Villa, en el citado pueblo, se constató cómo los moradores se vieron obligados a arrumbar sillones, camas, libreros o mesas hacia los rincones, de manera que pudieran colocarse las estructuras a base de polines y evitar el derrumbe.

Las cuarteaduras en cada casa visitada son numerosas y se extienden, en algunos casos, de piso a techo o de muro a muro, y diario se abren más, denuncia Estela Lozas, cuyo inmueble está en el número 11 bis de la calle Narciso Mendoza, quien a pesar del fuerte deterioro de su morada sigue viviendo ahí con los cinco integrantes de su familia.

Estela Lozas y Miguel Bermejo aprovecharon ayer que Guillermo Huerta Ling, diputado local y presidente de la Comisión de Protección Civil de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, realizaba un recorrido por las zonas aledañas a la Línea 12 del Metro, y le pidieron que visitara sus casas para que corroborara el daño que les han ocasionado el continuo vibrar de la maquinaria pesada y el paso de los camiones que trabajan día y noche en esa obra.

Miguel Bermejo llevó al legislador a los dos pisos que tiene su casa –número 54 de la calle Francisco Villa– y lo que observó no fue alentador: sala, cocina, baño, comedor y recámaras están plagadas de polines sosteniendo el techo o los marcos de las ventanas. Incluso se advierten desplazamientos de trabes y castillos.

Todas esas grietas comenzaron en octubre del año pasado, primero como pequeñas hendiduras y ahora ya están bien abiertas, reseñó Bermejo, mientras con el dedo indicaba varias partes del inmueble.

Josefina Torralba Camarillo enfrenta una situación similar de agrietamiento en su casa, y denuncia que ni ICA ni la delegación (Tláhuac) ni el gobierno capitalino quieren hacerse cargo de los daños que ya sufren alrededor de 60 viviendas. Por lo anterior, desde hace algunas semanas tienen paradas las obras de la Línea 12 que se realizan en un tramo de casi 10 calles sobre la avenida Tláhuac.

Queremos que alguien responda, ya que hasta ahora nos han dicho que se tienen que derrumbar esas viviendas, pero no hay un papel escrito que diga que nos van a reubicar o nos van a apoyar de alguna manera, expresó Gerardo Venegas, quien al igual que muchas familias afectadas no quieren abandonar su morada, a pesar del riesgo latente de desplome.