Red de más de 2 mil mesas directivas de padres de familia participarán en esa acción
Se solicitará a los concesionarios de cooperativas sustituirlos por productos nutritivos: Batres
Lunes 24 de mayo de 2010, p. 42
Con el apoyo de una red escolar conformada por más 2 mil mesas directivas de padres y madres de familia, la Secretaría de Desarrollo Social puso en marcha una campaña contra los alimentos chatarra en alrededor de 4 mil primarias y secundarias públicas de la capital del país.
La campaña considera entablar diálogo con los concesionarios de las cooperativas escolares para que productos de marca sean sustituidos por productos naturales como amaranto, cacao u otros dulces mexicanos que son elaborados con materias primas que producen campesinos defeños, dijo el titular de la dependencia, Martí Batres.
La propuesta sería sustituir las papitas y otras frituras por alegrías, palanquetas de amaranto o bien semillas como pepitas o la gama de dulces mexicanos que existe, añadió.
Se trata de una campaña importante ante el aumento de diversos problemas de salud como obesidad y diabetes, relacionados con el cambio de alimentación que se ha dado en nuestro país, la disminución de la actividad física y la sustitución de alimentos nutritivos por alimentos chatarra, dijo.
La campaña Por tu salud no consumas comida chatarra considera poner a disposición de los interesados el teléfono de Locatel (5658 1111), donde personal especializado podrá brindar orientación sobre una dieta sana.
El funcionario dijo que 16 nutriólogas de Locatel visitarán las escuelas este año como una aproximación más directa de asesoría nutricional.
Además se distribuirá una guía alimentaria para padres, maestros y cooperativas escolares para no comer al revés
, la cual presentará diversos análisis de alimentación balanceada y nutricional.
La guía se refiere a los problemas de salud y los alimentos grasosos, harináceos, azucarados, así como a los buenos alimentos que pueden dotar de azúcares sanos a las niñas y los niños.
Batres añadió que esta campaña es consecuencia del trabajo que emprendió el gobierno capitalino en materia de alimentos con la instalación de comedores populares y el apoyo alimentario a las vecindades, así como la Ley de Seguridad Alimentaria, que dio a la Secretaría de Desarrollo Social facultades para atemperar la carestía de alimentos.