nrique Singer, titular de Teatro UNAM, liga por segunda ocasión teatro y academia, en ciclos temáticos que amparan escenificaciones, conferencias y mesas redondas. Esta vez se trata de los conflictos fronterizos y junto a Zoot Suit de Luis Valdez se ubica 9 días de guerra en Facebook de Luis Mario Moncada dirigida por Martín Acosta con quien ha tenido algunos de sus montajes más exitosos. Se trata de un texto muy inteligente, digno de la obra de Moncada con una de las excelentes direcciones de Acosta, pero cabe preguntarse si el ataque israelí a la franja de Gaza y la multitud de intervenciones vía Facebook que despertó ante la emisión bien intencionada de un poema pacífico es pretexto para cuestionar los medios como Facebook, como proponen autor y director en conferencias de prensa, o si un problema tan grave como es lo que ocurre entre judíos israelíes y palestinos es puesto a debate a través de un medio que cobra cada vez mayor importancia entre los jóvenes universitarios.
Las dos posibilidades son válidas. Si el tema es el problema palestino-israelí, los llamados a la imposible tolerancia y una supuesta objetividad no calan en espectadores como yo, que nunca he entendido cómo un pueblo que sufrió el Holocausto, y antes multitud de pogromos, puede tener tan despiadada actitud ante sus despojados vecinos. Caer en sentimentalismos por sus pasados padecimientos puede torcer el juicio, tanto como culpar a todos los judíos por lo que ocurre, ya que algunos judíos tan lúcidos como Noam Chomsky (a quien se acaba de prohibir su ingreso a Cisjordania) y otros dentro y fuera del territorio, se muestren activamente en contra. Y si todos estamos de acuerdo en repudiar el terrorismo, hay que recordar que los fundadores del Estado de Israel acudieron a su práctica contra los británicos y aun ahora los asesinatos selectivos del Mossad caen en ese rubro. No es problema de raza o religión, es un problema de justicia.
Si el tema es poner en evidencia la ausencia de verdadera socialización de redes tenidas como sociales, como Facebook, MySpace o Hi5, el resultado es excelente, y de hecho resultaría también excelente desde el punto dramatúrgico y escénico si el tema fuera el de los sucesos de 2009 antes comentados a pesar de las dudas ideológicas que pudiera suscitar. El espacio está casi vacío, a excepción de una mesa y su silla, con grandes mamparas que lo rodean en las que se inscriben algunos de los parlamentos imitando la web cuando entra el público, y en el que algunos de los personajes escribirán sus ideas, en diseño escenográfico de Tensing Ortega, con diseño sonoro de Xicoténcatl Reyes e iluminación de Martha Benítez. Ya está allí Luis Mario Moncada, quien como actor interpreta al Moderador, acompañado de un par de actrices y se dirige al público para informarle que los parlamentos fueron dados como tales en la discusión en la red. Poco a poco van apareciendo actrices y actores que realizan tareas tan cotidianas como lavarse los dientes y otras mientras escriben en sus computadoras.
El ritmo se va acrecentando al mismo tiempo que las injurias y alusiones personales se incrementan y sustituyen a los argumentos –monótonamente los mismos– y en la segunda parte actrices y actores visten y actúan como soldados, superponen parlamentos de su discusión interrumpidos por otros muy íntimos, algunos de extrema banalidad en una Babel que se refleja en la acción escénica. Texto y montaje llegan a extremos muy enervantes, lo que es sin duda la intención. Hasta los que no solemos entrar en ese berenjenal nos damos cuenta de la falsedad de que ese tipo de redes apoyen la socialización y nos lamentamos por aquellos que sustituyen la vida real con fantasías virtuales.
Un hecho muy regocijante es ver a 16 jóvenes actrices y actores egresados de diferentes escuelas (INBA, CUT, Colegio de Teatro y Literatura dramática, Casa Azul) que unen a su muy buena condición física, impecable dicción, discipina y concentración y señaladas capacidades actorales: Viviana Amaya, Ichi Balmori, Karen Daneida, Luis Escárcega, Thania Flores, David Gaytán, Leny Gruber, Olivia Lagunas, Abril Mayett, Bruno René Mestries, Rodolfo Nevárez, Jonathan Persan, Sara Pinet, Medín Villatoro, Raúl Villegas y Luis Eduardo Yee, todos con vestuario diseñado por Mario Marín del Río.