Fue la oportunidad de filmar recuerdos de mi adolescencia: Assayas
guapos y tontosantaño, ahora, los Rolling Stones son sólo
tontos. El rockero inglés acudió a la premiere de Stones in Exile, de Stephen KijackesFoto Reuters
Jueves 20 de mayo de 2010, p. 8
Cannes, 19 de mayo. Carlos, el sanguinario rey del terrorismo internacional, fue ayer la estrella del día en Cannes. No por desfavorecer las películas en competencia de Ken Loach y Sergei Lonitzsa, sino por la prolongada duración del thriller geopolítico: cinco horas y media proyectadas íntegramente en la gran pantalla del Lumière. El brillante biopic, firmado por Olivier Assayas, antiguo crítico de cine en las páginas de Cahiers du Cinéma, cuenta con vigor y buen pulso la historia del venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, quien por dos décadas fue el fugitivo más buscado del planeta.
Desde 1974, en Londres, cuando era miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina, hasta 1994, cuando fue arrestado en Sudán, Carlos no tuvo contemplaciones. No dudaba en aniquilar a todos los que se interpusieran entre él y sus sueños de revolución. Bajo diversos seudónimos, entre ellos El Chacal, moldeó su existencia a través de la compleja política internacional de aquella época. Actualmente cumple cadena perpetua en la prisión La Sante’, de París, por el asesinato de dos agentes franceses del DST (contraespionaje) y un presunto informante.
En manos de otro director, semejante odisea en la que aparecen atentados, crímenes, atrocidades y baños de sangre hubiese sido quizá un espectáculo de excesos y de mal gusto; Assayas lo convierte en un relato admirable y entretenido, veraz y trepidante. En una entrevista publicada ayer por el diario francés Liberation, admitió estar fascinado por el personaje, pero a la vez preocupado porque su versión en celuloide sobre Carlos sea percibida como un retrato complaciente
.
“Recuerdo que Carlos era un joven izquierdista descomunal, que pasó de idealista a mercenario. Esta película fue una gran ocasión para filmar con fidelidad los recuerdos de mi adolescencia y el idealismo político de aquellos años 70 que nunca antes pude retratar”, acotó.
Las imágenes de la cinta que han filtrado las televisoras han generado el rechazo rotundo del verdadero protagonista, quien ha criticado la manipulación de su biografía y la mala imagen del oficio de terrorista que éstas muestran. Lo que he visto me parece absurdo. Se habla de terroristas como si fuesen hombres histéricos que amenazan a la gente disparando con sus metralletas. Nada más lejos de la realidad. Había gran profesionalismo, se trataba de comandos muy preparados, no de una ficción
, explicó Ilich Ramírez desde su celda.
Más allá del excelente rodaje, Assayas acertó con la elección del actor Edgar Ramírez. A sus 33 años, con una larga trayectoria actoral forjada gracias a las telenovelas venezolanas, una breve aparición en el Che de Soderbergh y en la saga de Bourne, tiene el mérito de encarnar con autenticidad y magnificencia al terrorista: un ser ególatra, seductor, irascible, astuto, profesional y despiadado.
Ramírez admitió que necesitó sicoterapia durante el rodaje, ya que no lograba dormir ni quitarse de la cabeza la imagen sanguinaria de Carlos y sus actos. “Sólo tuve dos modelos para preparar este personaje: el Marlon Brando de Un tranvía llamado deseo y el rey Carlos V de España”, concluyó.
El filme no se proyectará en los cines del mundo tal cual se apreció ayer en el certamen francés. Será diseccionado en tres capítulos, como lo ha exigido Canal Plus –en calidad de productor– para transmitirlos por televisión, aunque también existe una versión reducida, de 2 horas y media, concebida para las salas de cine.