Al refrendar ayer su orgullo de ser oaxaqueña y mexicana, la cantante Susana Harp consideró que si bien México tiene aún muchos problemas por resolver, entre ellos madurar como país y lograr una verdadera equidad cultural y económica, existen otros aspectos positivos por los que sí deben festejarse el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.

No podemos ser tan alarmistas para decir que todo está mal, porque no es cierto. Pero sí es verdad que la visión de los vencidos sigue siendo muy contemporánea, agregó la intérprete, quien el próximo domingo presentará el segundo volumen de su disco Mi tierra, con un concierto en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).

Inquirida en rueda de prensa, Susana Harp contó que gracias a una investigación histórica con la que integrará una nueva grabación, que se titulará Mexicanísimo, advirtió que todas las revueltas sociales y levantamientos armados en México responden a los mismos hechos: la desigualdad y la injusticia.

No soy alguien que sepa mucho de política, ni una socióloga, pero sí soy una ciudadana activa que sabe o que comparte cosas dentro de las comunidades, y honestamente creo que este país no se ha vuelto a parar en una revolución gracias a los migrantes; son nuestros grandes héroes contemporáneos, a ellos les debemos muchísimo de la paz social que todavía puede existir en este país, indicó.

Ya el relajo de lo que pasa con el narcotráfico, ése es un tema muy complejo. Hablo del México de las desavenencias para las comunidades indígenas, sus rezagos, lo relegadas que siguen estando. Es muy triste preguntarle a un padre (indígena) por qué no le enseña la lengua materna a su hijo, y responda que para que no lo releguen. ¿Cómo es posible que sigamos viviendo esta desigualdad espantosa y aparentando que somos una sociedad igualitaria?

Riqueza pluricultural

De acuerdo con Susana Harp, es muy doloroso que México no sepa aún definirse como país, en términos de reconocer, respetar y valorar su riqueza pluricultural.

¿Qué, siempre deben venir los extranjeros a decir cuán maravillosos somos? ¿Cúando los vamos a reconocer (a esos otros mexicanos que no son mestizos)? ¿Cuándo vamos a pasar de esta adolescencia como país? ¿Cuándo vamos a madurar? ¿Cuándo vamos a poder realmente ser un país democrático, maduro, donde podamos realmente sentirnos orgullosos, no nada más de si metemos gol?

Realizado por Xquenda Producciones, el segundo volumen de Mi tierra es el cuarto material discográfico que Susana Harp dedica de manera íntegra a su natal Oaxaca, con una serie de 12 temas tradicionales de esa entidad, dos cantados en zapoteco y uno más en mazateco.

Aquel estado sureño de la República, dice, tiene mucho que dar, no sólo en términos de música y canciones, sino en diversos aspectos culturales, por lo cual se manifestó contenta de que diversos artistas del extranjero desarrollen allí proyectos o se inspiren de la riqueza multicultural de ese estado.

Me parece muy importante que haya muchos proyectos; de lo único que vive mi estado es de los migrantes y de los visitantes; no me gusta llamarlos turistas. Qué bueno que Oaxaca pueda ser más que eso. Oaxaca me duele. No podemos hacernos de la vista gorda, tiene muchos y graves problemas; sin embargo, la gente siempre sonríe, indicó.

Qué bueno que haya gente de fuera que se fije en la pluriculturalidad del estado; somos 17 culturas diferentes, entre ellas la mestiza. Somos un pueblo que todo el tiempo ofrece cosas.

Emigración, tema sensible

Chilenas, danzas y canciones tradicionales, sones istmeños, un bolero y un vals son los géneros que pueden apreciarse en la más reciente grabación de Susana Harp, quien fue acompañada por la Banda de Música del estado de Oaxaca (con sus 130 años, acaso la más antigua de México), como ocurrirá de igual manera en el concierto del domingo, a las 18 horas, en la Sala Nezahualcóyotl.

Dios nunca muere (emblemático vals de Macedonio Alcalá, con letra de Cipriano José Cruz), Como un lunar (bolero de Álvaro Carrillo), La malagueña curreña, La Paulina, Ya te he dicho y Flores mazatecas (canciones tradicionales cantadas en la sierra mazateca) son algunos de los 12 temas que integran álbum.

Una canción que reviste especial significado para la intérprete es Lindo Oaxaca, de Jacobo Kendis, pues se ha convertido ya en un himno entre los oaxaqueños, al referirse a un fenómeno e incluso una problemática social muy arraigada entre ese pueblo: la emigración.

En Oaxaca, explicó, no hay quien no tenga un familiar, un amigo o un conocido que no haya ido hacia el otro lado (Estados Unidos). La emigración es un tema muy sensible para mi estado, por su alta densidad; es un tema triste y doloroso porque muchas veces deja familias divididas, si no es que totalmente desintegradas.