Madrid, 15 de mayo. Mientras los mandatarios y jefes de Estado y de gobierno se reúnen en la Cumbre de la Unión Europea con América Latina, en las calles de Madrid y en su universidad más emblemática, la Complutense, se reunirá la sociedad civil para rechazar el modelo neoliberal y la expansión de las multinacionales europeas.

En la llamada Cumbre de los Pueblos, organizada alrededor de una plataforma que se denomina Enlazando Alternativas IV, se debatirá en más de 100 seminarios y asambleas las estrategias a seguir para resistir y combatir la degradación del medio ambiente y las condiciones de vida por el actual modelo económico.

El encuentro de la sociedad civil, al que acuden más de 200 organizaciones de América y Europa, pretende no sólo cuestionar la creciente hegemonía de Europa en América Latina, sino también llamar la atención sobre las principales preocupaciones de los defensores de los humanos y activistas. Entre ella se encuentran el deterioro de los derechos humanos y el aumento de la pobreza.

De México preocupa sobre todo la militarización del país a raíz de la nueva estrategia de lucha contra el narcotráfico por parte del presidente Felipe Calderón, además de la persistencia de los feminidicios, con especial virulencia en Ciudad Juárez, y –muy importante– la represión y criminalización de activistas políticos.

Una de las cuestiones que se debatirá y denunciará será precisamente la situación creada en Oaxaca después de los los asesinatos de los voluntarios extranjeros, además de la situación en la que se encuentran los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas –con una delegación– y el deterioro ambiental en Saltillo por la actividad de una multinacional alemana de fabricación de llantas, Continental AG.

Las organizaciones que integran esta cumbre pretenden también señalar a las autoridades públicas por su complicidad con unas políticas que favorecen las violaciones de los derechos humanos, laborales y ambientales.

La plataforma señala al menos 25 casos concretos de abusos por parte de las empresas trasnacionales, con la intención de someterlas al escrutinio de un simbólico Tribunal Permanente de los Pueblos, integrado por destacados personajes del mundo.