El derrame de crudo provocado por la explosión de la plataforma Deepwater Horizon no ha afectado aguas nacionales, y de prevalecer la tendencia actual de los vientos y las corrientes marinas, es poco probable que la mancha de petróleo se desplace hacia nuestro país, sostuvieron ayer en conferencia de prensa funcionarios de las secretarías de Marina (Semar) y del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Sin embargo, el director de Meteorología Marítima de la Secretaría de Marina, Juan Martín Aguilar Morales, advirtió que, de no controlarse el derrame –que se ubica en la desembocadura del río Mississipi, a 920 kilómetros de Playa Bagdad, municipio de Matamoros, Tamaulipas, y a 793 kilómetros de la península de Yucatán–, existe la posibilidad de que residuos de aceite se desplacen hacia las costas tamaulipecas, afectando los humedales y la pesca ribereña.

Alertó también que, en caso de que las condiciones se mantengan, a partir de octubre el comportamiento estacional de las corrientes y los vientos cambia y con ello aumentará el riesgo de que la mancha de crudo se desplace hacia las costas de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco, en donde se encuentran humedales importantes.

Añadió que en esas condiciones, el crudo llegaría en manchas fragmentadas, en forma de grumos, plastas, cordones, como espumas aceitosas.

Esos residuos se acumularían en las playas y esteros. Adicionalmente, otras especies podrían resultar afectadas, como las tortugas marinas y las aves migratorias, que son especialmente vulnerables.

En la conferencia que se desarrolló en las instalaciones de la Secretaría de Marina y que estuvo encabezada por el almirante secretario, Mariano Francisco Saynez Mendoza, éste señaló que existe constante comunicación entre la Armada de México y el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos para mantener el seguimiento del caso.

Ante las insistentes preguntas sobre la necesidad de adoptar medidas preventivas antes de que el problema nos alcance, el coordinador nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad de la Semarnat, José Sarukhán Kermez, dijo que hablar sobre el riesgo que representa la mancha –que actualmente ocupa una superficie equivalente a la ciudad de México– es referirse absolutamente a hipótesis.

Sobre la necesidad de efectuar acciones como la colocación de barreras en la frontera marítima con Estados Unidos para contener el crudo, respondió: Sería una pérdida de tiempo y recursos.

Sostuvo que no trata de minimizar el problema, pero que lo más adecuado es llevar a cabo un monitoreo constante de las especies marinas y las aves migratorias, para actuar en consecuencia; esto, en tanto la mancha mantiene su desplazamiento hacia las costas de Louisiana y Alabama.

Cuestionado sobre la capacidad técnica con la que contamos para llevar a cabo dicha vigilancia, Sarukhán comentó que no hay problema para acceder a la información, y mostró una de las fotografías de la presentación que hizo a la prensa, en la que se aprecia una imagen satelital de la macha tomada de Google, y aseguró que los especialistas mexicanos tienen capacidad para interpretar la información.

Por su parte, el director general de Pemex Exploración y Explotación, Carlos Morales Gil, comentó que, de acuerdo con su experiencia, si en dos semanas la British Petroleum no logra controlar el derrame de crudo con el cierre de válvulas, se tendrá que adoptar otra estrategia, consistente en la instalación de otras plataformas que extraigan el crudo de manera ordenada, aunque este procedimiento tardaría de cuatro a cinco meses.

Al término de la reunión, la Armada de México invitó a los medios de comunicación a que sobrevolaran la frontera marítima con Estados Unidos para que conocieran directamente cuál es la situación.

El vuelo siguió la misma ruta de los aviones encargados de monitorear el posible avance de la mancha; 183 kilómetros de distancia de Playa Bagdad, del municipio de Matamoros, en donde, según explicaron los marinos, eventualmente se detectaría por primera vez el avance del crudo hacia México.

Al menos ayer, no se divisaba en el horizonte nada anormal.