A 22 días de regresar a los cuadriláteros, el ex monarca mundial minimosca, Édgar Sosa, se prepara a tope para hacer un par de contiendas a 10 episodios, antes de aprovechar el pase automático que tiene en la bolsa para disputar el cetro supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Estoy muy emocionado de volver a lo que es mi vida: el boxeo, dice sin pensarlo demasiado el pugilista que hizo 10 defensas exitosas del cinturón verde y perdió tras recibir un cabezazo del filipino Rodel Mayol, en noviembre pasado: Aunque tampoco tengo prisa, porque sé que antes de terminar el año o a principios del que viene voy por el cetro mundial mosca.

Desde que empieza el entrenamiento en el gimnasio al aire libre, en la avenida Eduardo Molina, en San Juan de Aragón, se le nota contento. Se mueve de acuerdo con el ritmo que le marca su mánager Miguel Ángel Ratón González, quien no le quita la mirada de encima: Ya está listo, comenta casi en secreto su mentor.

Sosa sabe que la contienda del 5 de junio, probablemente ante el panameño Carlos Melo, en pleito de revancha, será una prueba importante para determinar su futuro en el pugilismo de paga, pero nunca voy a aceptar un oponente a modo o que no pegue fuerte, porque sabe que no sólo su profesionalismo es grande, sino el respeto que le debe al público y su deseo de confirmar que está listo para el regreso triunfal.

En trabajo de preparación para zurdo o diestro, Sosa acumula dos y media docenas de episodios de práctica, que ayer sumaron nueve, más el recorrido por algunos de los aparatos del gimnasio, como la pera fija, la cuerda, la manopla y algo de movimientos finales sobre el cuadrilátero.

Los meses de vacaciones forzadas que debí tomar, me sirvieron para convivir más con mi familia, con mis amigos con los que hacía tiempo no estaba tanto, y sólo por un instante, el día de la operación, fue cuando pensé que podría ya no regresar, señala el ex campeón.