PRI: cuentas alegres
Alianzas inservibles
Oaxaca, caso aparte
Marcelo, PNieto, destapes
nstaladas casi todas las piezas electorales en el tablero, el PRI pareciera sentirse más a gusto que nunca. Nada amenaza en serio el sostenido predominio tricolor, salvo el caso de tratamiento aparte denominado Oaxaca, a grado tal que ya es hora de preguntarse en serio si en términos estrictamente pragmáticos van a servir las alianzas perreánicas para algo más que consolidar en el ánimo ciudadano la convicción de que ni juntando el agua con el aceite se pueden producir milagros numéricos contra el aplastante PRI y si acaso es ineludible el anunciado retorno de la opción dinosáurica al gran museo mexicano de las simulaciones y las alternancias
insustanciales.
Decir PRI es hoy, en términos crudamente electorales, decir gobernadores, erario y uso delictivo, pero usualmente indemostrable de sistemas de defraudación electoral. Los mandatarios, la mapachería y el dinero (limpio y sucio, público y privado) ganaron 2009 y continúan ahora su marcha triunfal por la República con candidatos que en su mayoría –salvo casos especiales, como Chihuahua– fueron impuestos por los mismos jefes estatales del priísmo. En especial destaca la alianza abierta de varios gobernadores con su virtual candidato a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, a cuyos fervores de 2012 van ofrendando los triunfos electorales de estos años previos como forma de garantizar que en la próxima contienda presidencial habrá dinero, fuerza y mando para a su vez imponer al copete hoy benefactor.
El anunciado triunfo electoral del PRI en la tanda 2010 no será solamente a título de las siglas propias sino, como ya se ha visto a lo largo del Decenio Trágico del panismo, en el terreno de la cultura política. Ganará el PRI con candidatos propios, pero también con personajes prestados o formalmente escindidos de la matriz tricolor pero prestos a regresar a ella o a actuar más delante en términos depuradamente priístas. De hecho, el tejido de la presunta oposición suprema al PRI, las famosas alianzas encabezadas por PAN y PRD, es ejemplo de esas prendas de oportunismo, desmemoria, mercantilismo y nubosidad ideológica. De ese batidillo alcanzó a desmarcarse a última hora Andrés Manuel López Obrador a través del realineado PT, lo que significa un golpe de efectismo a las expectativas de triunfo de las alianzas perreánicas cuyo destino perdedor está determinado sustancialmente por otros factores, en esencia por la increíble incapacidad del gobierno federal de frenar o impedir las acometidas fraudulentas estatales del priísmo.
En las perspectivas priístas de victoria sólo aparece con interrogantes el caso Oaxaca, donde Ulises Ruiz tensa la cuerda al máximo y con ello lleva los vaticinios electorales a los extremos: crea tal ambiente de terror y abstencionismo, que logra imponer a sangre y fuego a Eviel Pérez o justamente por ese empecinamiento agresivo potencia a la oposición y abre la puerta al pluripartidista Gabino Cué. En Hidalgo los caciques y el aparato mapacheril, asociado al peñanietismo, creen posible apagar la escaramuza de Fóxitl. A la cosecha priísta debe agregarse la posibilidad de recuperar Aguascalientes por los pleitos entre priístas que mantienen al candidato del centro
bajo proceso judicial impulsado por el gobernador formalmente blanquiazul que les juega las contras a Calderón y a Nava. Y en Sinaloa, gane quien gane (Vizcarra o Malova), ganará el priísmo administrador de los negocios locales. Y... entonces, ¿para qué van a servir las tales alianzas opositoras? ¿Nomás para confirmar que el paso del PRI rumbo a 2012 es imparable por vías normales, electorales? ¿Calderón estará preparándose para declarar los comicios, y el consiguiente triunfo del PRI, como un peligro para el México de sangre y fuego que él ha ido construyendo cuidadosamene, con confesas pretensiones transexenales?
Astillas
Este martes, Marcelo Ebrard Casaubon dará una conferencia en la Universidad de Guadalajara, en una especie de confirmación de la alianza 2012 entre el jefe máximo de esa casa de estudios, Raúl Padilla, y el jefe del gobierno capitalino. En Jalisco, la corriente de AMLO, con Alejandro Encinas como principal ejecutor, ha tendido puentes con el presidente municipal de Tlajomulco (municipio de gran desarrollo inmobiliario que forma parte de la zona metropolitana de Guadalajara), Enrique Alfaro, quien se ha erigido en el principal opositor en la entidad al dominio que el padillismo mantiene mediante apuestas múltiples (unas fichas en el PRI, otras en el PRD, por ejemplo)... A propósito de PRD, a los actuales directivos formales les urge incorporar más cartas a su baraja sucesoria, que hasta ahora sólo cuenta en firme con las opciones de López Obrador y Ebrard (aunque ya hay quienes aseguran que la fórmula a la que se llegará será con un candidato de unidad: MarceLópez Obrardor). En ese sentido, Guadalupe Acosta Naranjo, distinguido miembro de la corriente conocida como los chuchos, tuvo a bien la semana pasada destapar
, entrevistado por Paola Rojas, a Juan Ramón de la Fuente, Lázaro Cárdenas Batel, Alejandra Barrales, Martí Batres y Jesús Ortega como aspirantes a la candidatura del sol azteca. Aun cuando hay arreglos bien establecidos con Ebrard, los chuchos necesitan inflar alternativas para cerrar el paso a la posibilidad de que López Obrador recupere terreno en ese partido en caso de que se vengan encima las derrotas electorales de las alianzas perreánicas y el chuchismo directivo
deba renunciar por tan malos resultados... El gobernador del estado de México, por su parte, enfrenta acusaciones del Partido Acción Nacional por su abierta participación en actos priístas el jueves pasado, se supone que en horario de trabajo, cuando encabezó una reunión privada
en Puebla con candidatos del tricolor a gobernar esa entidad y Tlaxcala... Y, mientras el Ejército continúa actuando en la periferia metropolitana, ¡hasta mañana, en esta columna que cree que Santos y Toluca llegarán a la final del futbol profesional!
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