La asistencia del presidente Felipe Calderón al pueblo de San Juan Chamula, donde se le obersvó junto a un candidato perredista de esa región chiapaneca, provocó enojo entre diputados federañes de PRD, PRI y PT, quienes identificaron el costoso calzado italiano (Salvatore Ferragamo) del mandatario en el acto celebrado en esa comunidad indígena.

Sebastián Lerdo de Tejada, del PRI, presidente de la Comisión Especial de Gastos Fiscales de la Cámara de Diputados, manifestó: grave es que se haya encomendado a Dios para que ilumine a los gobernantes. Respetando las creencias, más que estar buscando recomendaciones divinas, es mejor que se dedique a cumplir las promesas que ha hecho a sociedad y a dar respuestas concretas y ciertas, sobre todo en zonas de alta marginación, donde los contrastes no sólo se miran en los zapatos que calza (Calderón) y los huaraches del líder chamula, sino en el diseño de las políticas públicas, porque éstas profundizan la preocupante pobreza.

Porfirio Muñoz Ledo, del PT, señaló: “es una falsedad; el mundo de Calderón no tiene ninguna relación con el que vive la mayoría empobrecida de mexicanos. Es un hombre que no entiende a los ciudadanos. Para él sólo existen distancias máximas entre seres humanos.

Vivimos tiempos extras de un gobierno que todo el mundo declara fracasado, y nosotros no somos capaces de reaccionar ante la mentira. ¡No tenemos que estar sufriendo esto! Es la inexistencia de poder en México.

Mauricio Toledo, del PRD, sostuvo: al comprar hoy el periódico me enervó lo que se presentó ante mis ojos. Ahí se manifestó el contraste de la realidad del país, ahí está la verdadera situación de nuestra atribulada patria: una clase enriquecida por el poder y, por otro lado, la gente que no tiene oportunidades, donde no existen políticas públicas para mitigar la pobreza. No hay compromiso social. ¡Se demuestra cómo vive el gobierno en la opulencia y cómo vive el país en la pobreza extrema!

–¿Tan identificable es el calzado de Calderóm?

–¡Claro! Son unos (Salvatore) Ferragamo, que en los centros comerciales cuestan 7 mil pesos. Es una irresponsabilidad que un gobernante vaya a una zona pobre y humilde con esos zapatos, mientras el indígena que está a su lado usa huaraches con suela de llanta; es una falta de respeto, una grosería, un insulto.

Herón Escobar, del PT, se dijo sorprendido con la fotografía. Al llegar vestido así incurrió en una falta de respeto a la pobreza, refleja que no entiende la cultura indígena. No veo más que intención de humillar a los más pobres. Cómo te acercas a la gente humilde vestido así; eso ofende, es contranatura, y muestra cómo conviven pobreza y opulencia.