La nana
hile, época actual. La nana, segundo largometraje de Sebastián Silva, es un drama doméstico con tintes de comedia. Raquel (Catalina Saavedra) es una nana, sirvienta, criada, asistenta o cualquier eufemismo que hoy quiera dársele a la condición de empleada doméstica de planta. Desde hace más de 20 años comparte la intimidad hogareña de una familia de clase media alta, pero a pesar del tiempo transcurrido jamás ha podido integrarse del todo a un mundo que jamás ha sido, ni podría ser, el suyo. La crisis de identidad por la que atraviesa, expresada en malhumor y conducta irascible, en periódicos dolores de cabeza y desmayos, sugiere a qué punto la trabajadora, cuya perspectiva de vida tiene como límite absoluto la residencia en que trabaja, está próxima al colapso nervioso. Entre más es querida y consentida por la familia, más siente Raquel el rigor de las distancias sociales. Y cuando se le propone aligerar sus tareas con la ayuda de una segunda empleada, la crisis, antes soterrada, estalla irremediablemente.
En La nana, Sebastián Silva combina con destreza la dramática situación de esta mujer solitaria (cuyo eco masculino es el empleado doméstico a punto de ser despedido luego de 30 años de servicio en Parque vía, del mexicano Enrique Rivero), con elementos humorísticos. Muy rápido abandona Raquel el cliché de la nana respondona para imaginar estrategias que harán la vida imposible a las trabajadoras rivales, y mantener intocable su condición de operadora virtual del funcionamiento de la casa y de la prolongada crianza de niños ya adolescentes. La providencial aparición de otra nana más joven, Lucy (Mariana Loyola), produce un vuelco radical en la historia, encaminándola a una serena reflexión sobre la capacidad de Raquel para sobreponerse a la frustración de una vida vacía, con formas inéditas de coexistencia social y enriquecimiento espiritual. A un paso del engorroso mensaje de autoayuda y superación personal, el director chileno consigue, a partir de actuaciones estupendas, comicidad y situaciones dramáticas bien resueltas, una película de agilidad sorprendente.