San José, 8 de mayo. La politóloga Laura Chinchilla, quien se convirtió hoy en la primera mujer en asumir la presidencia de Costa Rica, prometió impulsar un gobierno de total apertura al diálogo, basado en la transparencia y los principios éticos y con un sello verde, y apegado a un compromiso de la defensa ambiental.

Durante el cambio de poderes, decenas de personas se manifestaron contra varios de los proyectos que hereda del gobierno saliente de Óscar Arias.

La nueva mandataria, de 51 años, fue investida por el presidente de la Asamblea Legislativa, Luis Gerardo Villanueva, poco antes del mediodía en la Explanada de la Sabana, en la zona occidental de la capital, durante un acto organizado a cielo abierto y ante unas 25 mil personas.

Chinchilla, acompañada de su esposo, el empresario de origen español José María Rico, de su hijo y sus padres, será la primera mujer en estar al frente del gobierno durante cuatro años en esta pequeña nación centroamericana con 4.5 millones de habitantes

En su primer discurso presidencial dijo que su gobierno será firme, en especial ante flagelos como la delincuencia y el narcotráfico, pero basado en la legalidad. Además, prometió defender el estado de derecho y la constitucionalidad, y rendir cuentas, como parte de su legado.

Chinchilla se comprometió a trabajar por una Costa Rica más segura y tranquila, con mayor y mejor presencia policial, para que los niños y las niñas disfruten, sin temor, de los bienes de la libertad.

En el plano ambiental, dijo que su gobierno trabajará por una Costa Rica más verde y limpia, por una economía pujante, respetuosa de sus recursos naturales.

En congruencia con su discurso, la mandataria firmó un decreto de moratoria a la exploración y explotación de la minería de oro a cielo abierto.

La concesión y autorización a una empresa canadiense para explorar un yacimiento aurífero en el norte del país desató una fuerte polémica entre grupos ambientalistas en las últimas semanas.

En este sentido, la policía detuvo a cinco personas durante un incidente protagonizado por manifestantes que intentaron llegar hasta el acto para protestar contra el gobierno saliente de Arias y llamar la atención de la nueva gobernante por el tema ambiental.

A la toma de posesión asistieron los presidentes de Centroamérica, Georgia, México, Colombia y Ecuador, así como 65 delegaciones de varios países.