Lo insólito es el rasgo más evidente de la personalidad de Helen Escobedo, expresó el crítico de arte Jorge Alberto Manrique, quien ofreció una conferencia magistral sobre su amiga, al inicio del homenaje organizado (el jueves 6 de mayo) por la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, para la escultora, Premio Nacional de Artes 2009. Por la noche se inauguró la exposición Escuchen el silencio, curada por Carlos Aranda, en las instalaciones del plantel ubicado en el Centro Nacional de las Artes.

Al respecto, Manrique acotó: Un traje o una silla, una cascada o un árbol, se transforman en otra cosa simplemente con un trazo de ingenio. Las faenas han dado la vuelta a dos o tres continentes, y desde luego México, pese a que sus obras son frecuentemente efímeras.

Indicó que su amiga es propiamente una artista, en el sentido más lato de la palabra; ha hecho muchas acciones para promover el arte; ha sido, además, directora de museos, curadora de varias exposiciones, pero sobre todo ha hecho obras de arte.

Para el artista Eloy Tarcisio, director de La Esmeralda, Helen Escobedo –creadora que ha estudiado desde que empezó a interesarse por el arte– “es una artista clásica del siglo XXI, no del siglo XX. Su postura artística, la manera de crear, de relacionarse con los espacios, con la gente que trabaja y colabora en la realización de sus piezas, la manera en que observa los espacios, el entorno, y cómo se relaciona con el contexto, es diferente al modo en que los creadores veían su obra en el siglo pasado, en que la relación con la obra era mucho más pasiva.

“Era el artista frente a la tela o al espacio, de manera muy conservadora, tradicional. Por lo general, el artista no se vinculaba con su entorno, ni con la gente que lo habita. Helen Escobedo ha sido precursora, ha emprendido el arte desde ángulos que apenas se empiezan a estudiar.

Helen Escobedo fue Premio Nacional de Artes 2009

Jorge Alberto MariqueFoto Guillermo Sologuren

Como director de La Esmeralda, pretendo que los alumnos entiendan que el artista debe aprender a ver hacia el futuro no con la pretensión de la transformación del arte en el futuro, sino con la intención de saber que tienen que desarrollar una actividad creativa después de salir de la escuela, porque eso tiene que llevarnos a generar nuevas experiencias con el arte.

Siguieron dos mesas redondas. Margarita Esther González, del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), además subdirectora del Museo de Arte Moderno en la época en la que lo dirigió la homenajeada, habló de Escobedo al frente de museos, y de esa percepción fina a la diversidad de públicos, que marcó un nuevo compás desde que se inició en la jefatura del Departamento de Artes Plásticas del Museo Universitario de Ciencias y Arte.

Beatriz Zamorano Navarro, asimismo investigadora del Cenidiap, con el título Helen Escobedo: escultura visible, hizo una breve reflexión sobre los estudios de género, en la cual aseveró que surge una mujer con un lenguaje poderosísimo. Una artista tan posicionada en el ámbito artístico, que el hecho de ser mujer no es motivo de cuestionamiento.

El artista Arturo Rodríguez Döring resaltó la coincidencia de alguien que nació y ha vivido toda su vida en el momento oportuno. Escobedo, continuó, es una de las artistas contemporáneas que más se han preocupado por el ambiente y el entorno, tanto urbanos como silvestres. No obstante, una de sus aportaciones más significativas, y de las que poco se ha hablado, es el trabajo de investigación y crítica que ha realizado. El ex director de La Esmeralda se refirió en concreto a su maravilloso libro Monumentos mexicanos.