El embajador de Cuba en México, Manuel Aguilera, aseguró ayer que la ultraderecha mexicana pretendió sumar al Senado a la infame campaña de descrédito contra su país, pero no lo logró.

Al agradecer el apoyo de la senadora perredista Yeidckol Polevnsky en la lucha contra esa maniobra, agregó que una pequeña minoría intentó romper la tradición histórica de la que se siente orgulloso el pueblo mexicano: el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia.

Pretendieron sumar al Senado a una campaña infame e hipócrita, porque hasta quienes lo propusieron saben que esto es una hipocresía pura, refirió el diplomático, quien se manifestó satisfecho de que dichos personajes no hayan alcanzado su propósito.

Al participar en un acto de solidaridad con los cubanos presos en Estados Unidos, agregó que la campaña mediática contra su país fracasó, aunque no ha cesado.

No es la primera ni será la última batalla que tenemos que dar en el terreno mediático, en el que ellos tienen gran poder, pero no tiene el poder moral y el de la verdad, y por eso no pueden con la revolución cubana, subrayó.

Aguilera de la Paz manifestó que a esa campaña se han sumado gustosamente medios de comunicación grandes y pequeños de todo el mundo, incluyendo a la mayoría de los mexicanos, quienes casi todos los días tenían espacios en las primeras planas para apoyar a los contarrevolucionarios, que no son más que una quinta columna, asalariados del imperio, mercenarios que no tienen respaldo popular en Cuba.

Sin embargo, por obra y magia de los magos de la desinformación en el mundo, han sido convertidos en supuestos héroes y líderes, cuando no lo son ni de ellos mismos.

El diplomático manifestó que mercenarios y traidores han habido y habrá siempre, pero resaltó que no tienen apoyo del pueblo cubano, el cual acaba de dar un respaldo contundente a la revolución al asistir en más de 95 por ciento a las elecciones.

Expuso que siempre ha habido una gran guerra mediática para desacreditar y aislar a su país, para sembrar una imagen falsa. Si bien hay deficiencias en la isla, éstas se encuentran muy lejos de ser el infierno que pintan.