Luis Eduardo Murrieta Maya, director de la policía municipal de Santa Catarina, Nuevo León, renunció al cargo por motivos personales y familiares, en momentos en que se le investiga por su presunta relación con la muerte de un distribuidor de drogas.

El pasado 21 de marzo, agentes de Santa Catarina detuvieron a los presuntos narcomenudistas José Humberto Márquez Compeán y Marcelo Adrián Lucio Barajas. Cuando los trasladaban a las instalaciones policiacas el convoy fue atacado por un grupo armado.

Tras el ataque, las autoridades solicitaron apoyo a la Secretaría de Marina y en un helicóptero de la dependencia fueron trasladados varios heridos al Hospital Universitario, además de Murrieta Maya y los dos narcomenudistas. Sin embargo, al día siguiente Márquez Compeán apareció muerto en un lote baldío del municipio de San Nicolás de los Garza. En tanto, Lucio Barajas estuvo desaparecido durante dos días y luego se presentó ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, donde dijo temer por su vida.

Después de lo ocurrido el 21 de marzo, durante algunos días no se supo del paradero de Murrieta Maya e incluso hubo versiones de que estaba prófugo, pero la Marina dio a conocer que el jefe policiaco estaba bajo su protección.

Este miércoles, el alcalde de Santa Catarina, Gabriel Navarro, designó a Manuel Jesús Uco Limón nuevo director de la policía municipal.

Por otra parte, ayer continuaron los operativos del Ejército en el estado de Nuevo León; en una de estas acciones fueron detenidos dos policías de San Nicolás de los Garza, sospechosos de ser halcones (espías) al servicio del crimen organizado.

En otra operación que tuvo lugar en Monterrey, los soldados arrestaron a un motociclista que presuntamente también servía como informante de cárteles del narcotráfico.

Saldo rojo

Entre la noche del martes y el miércoles, 41 personas murieron en ataques del crimen organizado y/o acciones del Ejército contra la delincuencia en Chihuahua, Tamaulipas, Durango, Jalisco, Guerrero, Sinaloa, Morelos, San Luis Potosí y Baja California.

Entre los occisos figuran José Gaona Guevara, director de Seguridad Pública del municipio de Vicente Guerrero, Durango, y Eduardo Rosales, elemento de esa corporación. Asimismo, dos civiles que viajaban en un autobús del servicio público resultaron heridos durante el ataque.

Otra de las personas asesinadas fue José Guadalupe Gollas Mejía, subdirector operativo de la policía municipal de Chapala, Jalisco, quien fue acribillado por desconocidos en pleno centro de la localidad.

De los 13 crímenes que hubo en Chihuahua destaca el homicidio de dos entrenadores de equipos llaneros de futbol y la esposa de uno de ellos, quien tenía ocho meses de embarazo. La agresión ocurrió en un campo deportivo del poblado El Sauzal, en el Valle de Juárez.

En Tamaulipas hubo siete personas ejecutadas a balazos, la mayoría con el tiro de gracia. Los crímenes ocurrieron en los municipios de Camargo, Miguel Alemán, Nuevo Laredo, Valle Hermoso y Ciudad Victoria, mientras que en el municipio de Río Bravo tres sicarios murieron en un enfrentamiento con elementos del Ejército.

Finalmente, en Acapulco, Guerrero, cuatro personas –entre ellas un niño de ocho años– fueron ultimadas a tiros por sujetos que las atacaron cuando cargaban combustible en una gasolinera del fraccionamiento Mozimba.

(David Carrizales, Mauricio Ferrer, Rubén Villalpando, Miroslava Breach, Misael Habana, Javier Valdez, Rubicela Morelos, Edith Argüelles, Antonio Heras, corresponsalía en Durango)