Bonn, 3 de mayo. Ministros del Medio Ambiente de 45 países se dieron cita en Bonn para desatascar las negociaciones en pos de un acuerdo de protección climática en un contexto de charlas informales a puerta cerrada que fue calificado de muy constructivo.

Todas las partes quieren cooperar para hallar soluciones, trascendió de círculos de las delegaciones.

Sin embargo, las declaraciones de los ministros en el pleno eran tan nebulosas como la bruma que se extendió esta mañana sobre el monte Petersberg, cerca de Bonn, donde está asentada la residencia oficial de huéspedes del gobierno en que tienen lugar las sesiones.

Todos coinciden en que quieren que la próxima Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP-16), que se celebrará en Cancún, sea un éxito, pero aún no se sabe de qué forma.

Lo más importante, se recalca en los pasillos, es restaurar la confianza perdida en Dinamarca, cuando se llegó a un acuerdo de mínimos.

Arquitectura operativa

La nueva meta es Cancún, a finales de noviembre, y el éxito aún es incierto. Se quiere evitar repetir el desastre de Copenhague, pero muchas de las posturas, como las de Estados Unidos y China, que chocaron en Dinamarca, no se han modificado.

Los conflictos siguen en el aire. En Estados Unidos, la situación ha quedado en punto muerto al haber sido congelados los planes de una ley nacional de protección climática.

Aun así, el saliente secretario ejecutivo de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer, llamó a fijar metas realistas que puedan ser cumplidas. Lo perfecto es enemigo de lo bueno, advirtió a los delegados en Bonn.

El holandés, que ha vivido un sinnúmero de conferencias climáticas, considera que cuando mucho se podrá llegar a una arquitectura operativa sobre la cual se pueda avanzar en pos de un acuerdo.

Uno de los puntos de discordia sigue siendo la cuantificación de las reducciones de las emisiones de gases contaminantes y si éstas deberán ser obligatorias. Hasta ahora, 77 países se quieren comprometer de forma voluntaria a disminuir sus emisiones de carbono.

Pero estos compromisos no alcanzan para limitar a dos grados el calentamiento de la atmósfera terrestre, advierten los expertos.

El mayor obstáculo persiste en el carácter vinculante de los recortes de emisiones que rechazan países como China y Estados Unidos, que tampoco firmaron el Protocolo de Kioto, y que juntos generan 45 por ciento de las emisiones mundiales de carbono.

También el tema de la financiación deberá ser negociado. Según De Boer, es importante para la credibilidad de los países industrializados que se concreten las ayudas a las naciones en desarrollo anunciadas en Copenhague, de cerca de 30 mil millones de dólares hasta 2012. Y además, que sea dinero nuevo, destaca.

El encuentro ministerial de Bonn no es una cita oficial de Naciones Unidas, a la que acuden representantes de unos 190 países.

La ronda informal fue convocada por los gobiernos de Alemania y México, anfitrión este último de la cumbre de Cancún, del 29 de noviembre al 10 de diciembre.

La selección de invitados, dijo el ministro alemán de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, se efectuó según las regiones y los intereses nacionales. Pero los estados que rechazaron el acuerdo alcanzado a último momento en Copenhague no fueron convidados o faltaron a la cita.