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EMERGENCIA EN EL GOLFO
Media docena de robots buscan activar la válvula
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de mayo de 2010, p. 3

Venice, EU, 2 de mayo. A mil 500 metros bajo el mar, media docena de robots, cuyos faros apenas logran iluminar la zona, están enfrascados en una carrera contrarreloj para frenar la marea negra en las costas estadunidenses.

En uno de los universos más hostiles para el ser humano, estas máquinas ultrasofisticadas y operadas desde la superficie tratan de activar una válvula de 450 toneladas para frenar la fuga de crudo.

Como pueden imaginar, es como hacer cirugía cardiaca a mil 500 metros de profundidad, a oscuras y con robots, explicó Lamar McKay, presidente de British Petroleum (BP), empresa que operaba la plataforma, a la cadena de televisión ABC.

En una escala de complejidad de cero a 10 le daría nueve a estas operaciones, declaró el almirante Thad Allen, comandante de los guardacostas.

Uno de los problemas que tenemos es lo que calificaría de tiranía de la profundidad, abundó Allen.

Desde el naufragio de la plataforma se han vertido miles de litros de crudo (la cifra exacta es imposible de determinar) que amenazan el litoral de Luisiana, que se encuentra a unos 80 kilómetros de la mancha.

Pero si a mil 500 metros de profundidad la boca del pozo se rompe, el vertido podría superar 16 millones de litros diarios, advirtió Allen en declaraciones a la cadena CNN.

Los ingenieros buscan ideas para detener el vertido y limitar los daños, y están proyectando la construcción de una campana gigante para confinar el petróleo y poder bombearlo hacia la superficie.

Según M. McKay, dicha campana podría colocarse en seis u ocho días, aunque instalarla será difícil.

Otro medida que se pondrá en marcha de manera paralela será excavar un segundo pozo, lo que permitiría bajar la presión en el principal.

Pero también se trata de una operación complicada a dicha profundidad, además de que se necesitarían tres meses de labores, según autoridades.

Los ingenieros estudian otra estrategia: inyectar productos químicos para dispersar el crudo en el fondo y evitar así que las costas se vean perjudicadas. Se ha llevado a cabo una prueba de este método, pero los resultados no han sido dados a conocer.

Ya en la superficie, el trabajo, que consiste en destruir las capas de petróleo con un solvente o tratar de impedir que lleguen a la costa rodeándolas con flotadores, es prácticamente imposible.

Otra medida que se puso a prueba el miércoles pasado con cierto éxito fue la quema de parte de la mancha de crudo, aunque las malas condiciones meteorológicas México crearon serias dificultades.