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EMERGENCIA EN EL GOLFO
Obama: la petrolera pagará la factura

Se trata de un desastre quizá masivo, sin precedente, dice el mandatario

El mal tiempo obliga a frenar la quema de crudo: Janet Napolitano

Guardacostas: es inevitable que la marea negra llegue a las playas

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Thad Allen, encargado de dirigir las operaciones para detener el derrame, explicó ayer al mandtario estadunidense la situaciónFoto Ap
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Periódico La Jornada
Lunes 3 de mayo de 2010, p. 2

Venice, EU, 2 de mayo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió sobre un desastre sin precedente por el derrame de petróleo que avanza hacia las costas del estado de Luisiana, adonde el mandatario llegó este domingo en medio de desesperados esfuerzos por contener la marea negra.

Creo que el pueblo estadunidense es consciente, sin duda la gente del Golfo es consciente de que se trata de un desastre ambiental potencialmente masivo y sin precedente, expresó.

El mandatario defendió la respuesta de su gobierno durante una visita a Venice, una de las zonas costeras amenazadas por la marea negra causada por la explosión de una plataforma petrolera el pasado 20 de abril.

Los fuertes vientos y un mar agitado obligaron el sábado a los barcos a interrumpir las tareas enfocadas a detener la emergencia.

Conforme pasan los días, la mancha aumenta de tamaño. Incluso, ya sobrepasaría 9 mil kilómetros cuadrados, extensión comparable a la isla de Puerto Rico, según una estimación del Centro de Análisis de Imágenes Satelitales de la Universidad de Miami.

El petróleo que sigue filtrándose podría dañar seriamente la economía y el medio ambiente de nuestros estados del golfo, apuntó Obama.

Pese a todos los esfuerzos llevados a cabo, la madre naturaleza no está cooperando, declaró por su parte la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano. Las condiciones meteorológicas impiden quemar el crudo en el lugar, recuperarlo o realizar otras operaciones, agregó.

A su vez, el almirante de la Guardia Costera, Thad Allen, quien fue designado el sábado pasado por Obama para dirigir las operaciones, aseguró que los equipos de intervención esperaban una oportunidad para reanudar la quema de parte de la mancha de petróleo.

Allen calificó de inevitable que la marea negra llegue a las costas. Los equipos laboran contrarreloj, ya que si el pozo vierte todo su contenido se podrían superar 16 millones de litros por día de petróleo en vez de los 800 mil diarios que se estiman actualmente, comentó a la CNN.

Por su parte, Obama salió al paso de las críticas que argumentan una lenta reacción de las autoridades. El gobierno federal ha iniciado y coordinado una intervención en la que todos los actores están involucrados incansablemente desde el primer día, subrayó.

La emergencia fue causada por la explosión y posterior hundimiento de una plataforma en el Golfo de México, donde continúa la fuga de crudo.

Si persiste se pueden poner en peligro los medios de subsistencia de miles de estadunidenses, advirtió el mandatario.

Asimismo, fue enfático en asignar la responsabilidad del desastre al gigante British Petroleum (BP).

BP es responsable de este derrame y pagará la factura, enfatizó, pero como presidente de Estados Unidos no escatimaré esfuerzos para responder a esta crisis mientras dure.

Por su parte, el presidente de BP América, Lamar McKay, declaró que el accidente se debió a una pieza defectuosa.

Al respecto, el secretario estadunidense de Asuntos Internos, Ken Salazar, declaró este domingo a la cadena CNN que no hay duda de que el mecanismo de la válvula preventiva de la base del pozo era defectuosa y que el gobierno de Estados Unidos debe seguir presionando a BP para que asuma su responsabilidad.

El gobierno estadunidense prohibió este domingo, durante 10 días, la venta de pescado en la zona afectada del Golfo de México, debido a los riesgos sanitarios.

La industria de mariscos y crustáceos en Luisiana representa un tercio de la producción anual del país. Sus humedales costeros constituyen una reserva importante de fauna excepcional.