l pasado viernes se iniciaron las corridas de la Feria de la Comunidad de Madrid, previas a las de la Feria de San Isidro. Total, corridas de toros en la capital española diariamente durante más de un mes. En la del sábado pasado, con toros de Herederos de Guardiola Fantoni –para cortar el aliento al más pintado– Iván Fandiño se perfiló en la perpendicular del quinto toro y muy decidido se fue tras la espada. Y no encontró la salida. El toro lo prendió, lo lanzo por los aires y cuando caía el torero, caía también el toro, en una estocada emocionante, magistral que le valió una merecidísima oreja y el aval de la afición madrileña, pese a que su labor con capote y muleta no estuvieron a la altura de su estocada.

Todo esto en medio de los comentarios en los corrillos taurinos de la cornada sufrida en la femoral por el torero José Tomás en la plaza mexicana de Aguascalientes durante la tradicional Feria de San Marcos y que puso en grave peligro su vida. Esta cornada al torero madrileño, determinó que el resto de la actualidad taurina pasara a un segundo plano. Incluida la Feria de Sevilla a la que no llegó el torero madrileño y que significó este año un triunfo resonante de El Juli, quedó desdibujada por las noticias de la gravedad del torero y posterior convalecencia. Aunadas a las de mala leche tan típicas en algunas columnas taurinas.

Llama la atención los comentarios en este sentido de El Juli a la periodista Rosa Jiménez Cano, aparecidos en el diario El País el día de ayer. El torero que ha plantado cara a José Tomás, tuvo hacia su compañero herido, palabras de admiración es grandioso, histórico, lo admiro como a uno de los grandes de la tauromaquia en la historia en la misma forma César Rincón, cosido a cornadas, realza lo que algunos hemos subrayado del torero se pone en el sitio donde todos deberíamos ponernos para ser figuras. Da nobleza y verdad a la fiesta brava. Ese sitio del que habla el torero colombiano algunos lo hemos concretado de manera más gráfica pone el cuerpo donde los demás ponen la muleta por eso, José Tomás hace sentir el toreo al que lo contempla en su quehacer torero.