atético espectáculo del último cuarto de siglo ha sido, en verdad, la celebración oficial del Día del Trabajo. Cada año, gobernantes falaces y líderes oficialistas corruptos se llenan la boca con frases y cifras de logros ridículos de empleo, frente a la catastrófica realidad.

Sindicatos de excepción los hay, así como líderes, laboralistas y estudiosos honestos que en sus medios respectivos han documentado y luchan en contra del genocidio laboral en nuestro país: la negación deliberada del derecho al trabajo digno; la incidencia en políticas económicas contrarias a la generación de empleo; la disminución del salario real; la percepción errónea de que la expulsión de migrantes es aceptable hasta el extremo de Arizona; la pobreza y la desigualdad en aumento, y la (otra) guerra que el gobierno libra contra los trabajadores que se resisten a ver reducido sistemáticamente su margen de supervivencia, estabilidad, pensiones, y servicios aceptables de seguridad social.

La economía fallida

Según Inegi, la Población Económicamente Activa, PEA (personas en edad y con deseos de trabajar) ascendió a finales de 2009 a 47 millones de personas. De éstas, se estima que sólo unos 17 millones (36%) tienen empleos formales y prestaciones, y que 30 millones (64%) se ocupan en la informalidad o en la ilegalidad, son subocupados o desempleados francos. Con nuestra reclasificación (que re-ubica a la población “no económicamente activa disponible” del Inegi como “población económicamente activa en desocupación pasiva”), la PEA se ubica en 53 millones de personas, de las cuales 36 millones (70%) sólo tiene alguna ocupación no formal o son desempleados francos. Esta es quizás la cara más lacerante de la fallida economía mexicana y su disfuncionalidad ante las necesidades de la población.

El empleo formal (IMSS)

Al pasado marzo, el número total de trabajadores asegurados en el IMSS llegó a 14.341 millones de trabajadores, 301 mil más que en marzo de 2009, pero aún 59 mil menos que en marzo de 2008 (Gráfico 2).

Tomando como referencia el promedio trimestral de asegura-dos, éste llegó a 14.207 millones en el primer trimestre de este año, 161 mil más que en 2009, pero aún 163 mil menos que en el primer trimestre de 2008 (Gráfico 1).

En una retrospectiva de cuatro años (2005-IV / 2009-IV, y con la metodología de la Encu-esta Nacional de Ocupación y Empleo) la PEA aumentó en 952 mil personas cada año según el Inegi, y en 1 millón 282 mil personas según nuestra reclasificación. Cualquiera de estas dos cifras que se utilice representa una abismal diferencia con los 221 mil nuevos asegurados que en promedio aumentaron cada año en el IMSS. Tal diferencia es el déficit de empleos formales que el país acumula anualmente. Son los empleos que el (des)orden económico actual impide crear.

Los asegurados en el IMSS (no incluyendo a los trabajadores eventuales del campo) por actividad económica se presentan en el Gráfico 3.

Los asegurados por entidades, (en promedio trimestral y sin incluir a los trabajadores eventuales del campo) se presentan en el Gráfico 4. En el primer trimestre del año muestran reducciones significativas de asegurados respecto de un año antes: Baja California Sur (-4.7%), Quintana Roo (-2.9), Campeche (-1.7) y el Distrito Federal (-1.5); a la inversa, destacan los aumentos de asegurados en: Chiapas (6.3%), Querétaro (5.0) y Zacatecas (4.8%).

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