La minuta de la Ley de Seguridad Nacional no se aprobó en la Cámara de Diputados porque los militares están molestísimos al contemplarse dejarlos prácticamente en el desamparo, sostuvo el coordinador del grupo parlamentario del Partido del Trabajo (PT), Pedro Vázquez. En tanto, el priísta Aarón Irízar, integrante de la Comisión de Defensa Nacional, argumentó que si bien la minuta no debe congelarse, no se puede poner de rodillas al Ejército, porque no es enemigo del pueblo ni de la sociedad.

En tanto, Enrique Ibarra (PT) secretario de dicha comisión, expuso que el Ejército no comparte lo que el Senado revisó y aprobó. Agregó que las fuerzas armadas no tienen alternativa porque antes del 22 de octubre quedará suprimido el fuero de guerra, como establece una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Los malos de la película

Sobre el malestar de los militares, Pedro Vázquez refirió: dicen que son los más golpeados, que los dejan desprotegidos, que no les están dando medios de defensa. Nosotros lo supimos desde hace tres días. Un general dijo que definitivamente eso no pasaba porque los militares están molestísimos porque se contempla dejarlos prácticamente en el desamparo.

Añadió que entre las fuerzas armadas persiste la idea de que los malos de la película son ellos porque lo que hacían son labores que no les corresponden. Es muy delicado este tema.

–¿Hubo cabildeo del sector castrense para impedir la aprobación de la minuta en sus términos?

–Sí estuvo cabildeado, ¡claro que estuvo cabildeado! Es delicadísimo porque es un tema sensible. Lo que ellos plantean es que están realizando tareas que no les corresponden, y eso implica una gran responsabilidad, y luego esta ley no les favorece en ningún aspecto. En el caso del fuero militar, dicen que se quedan en el desamparo porque la autoridad civil los va a juzgar.

–La CIDH ya emplazó a la desaparición del fuero militar –se le recordó.

–Escuchando el informe del procurador de Justicia Militar sobre la muerte de los dos niños en Tamaulipas, pues ellos no aceptan ninguna responsabilidad, no reconocen que cometieron ese asesinato. Y eso manifiesta que hay mucha molestia en el Ejército, y se corre el riesgo de que vayan a apretar más los militares en esta lucha que no es de ellos. México está encaminado al autoritarismo.

Enrique Ibarra confirmó que el Ejército no comparte lo que se revisó y aprobó en Xicoténcatl:

Nosotros rechazábamos la pretensión de que se legislara al vapor; en el Senado duró un año y querían que en 24 horas la desahogáramos nosotros. Además vimos inconsistencias muy graves y muy serias que no podíamos convalidar.

–¿Cómo se manifiestan esas inconsistencias?

–Por ejemplo, el fuero militar es un tema fundamental en el debate de la sociedad en este momento. Lo que hizo el Senado es de vacilada porque en la práctica seguiría la misma legislación: es un error querer poner el fuero de guerra en una ley de seguridad nacional. ¡No tiene nada que hacer ahí! Y el fuero de guerra se tiene que legislar en el Código de Justicia Militar, derogando dos fracciones del artículo 57 y el artículo 58, pero en el Código de Justicia Militar y no en una ley de seguridad nacional.

“Como lo dejó el Senado dice que serán juzgados los militares ‘por los tribunales competentes’, y debería en todo caso decir ‘por los tribunales ordinarios’, pero cuando hay víctimas civiles de manos de militares, los militares deberían ser juzgados por tribunales ordinarios.”

–En el caso de la inteligencia y la contrainteligencia se manifestó controversia también –se le dijo.

–Se habla de servicios de inteligencia y de contrainteligencia. Imagínate nada más qué representa eso. Por ejemplo, los servicios de inteligencia del Ejército y los servicios de contrainteligencia de la Marina.

Aarón Irízar consideró que la Cámara de Diputados estuvo forzada por los tiempos y, por tanto, no se alcanzó a analizar a fondo la minuta.

La discusión no debe irse hasta septiembre; se debe votar en un periodo extraordinario. Es una minuta que no debe congelarse, pero no se puede poner de rodillas al Ejército, que no es enemigo del pueblo ni de la sociedad.