Frente a la prácticamente inexistente educación musical en las escuelas públicas, la sociedad se organiza. Grupos de raigambre y aceptación multitudinaria, un público creciente, conocedor y crítico, tiene su epicentro en los niños, ávidos y expertos en algunos pocos músicos y música que a pesar de las condiciones adversas conforman todo un movimiento que vive un auge esperanzador. De todo esto hay constancia en una discografía también abundante y de elevada calidad.

Si hay un público exigente, que a diferencia del público adulto y villamelón que a cualquier orquesta le aplaude siempre y cuando le toque las mismas obras, facilitas y edulcoradas, la audiencia infantil aparece como una conciencia crítica que todo lo salva.

Es tan poderoso este movimiento cultural independiente que la basura que emite la televisión comercial destinada a los niños ya no es sino mera mercancía, distractores banales. Miles de niños siguen a Luis Pescetti, a Los Hermanos Rincón, a Gabriela Huesca, a Mario Iván Martínez y otros héroes que basan su trabajo en el respeto a la inteligencia de los niños.

El programa dominical matutino de Radio UNAM, el ciclo El Niño y la Música en la Sala Nezahualcóyotl, los programas de Radio Educación, son algunas islas pródigas en el océano de la telecracia decadente.

De entre las novedades discográficas disponibles, elegimos algunos ejemplos, cuyas portadas aquí se reproducen y su contenido a continuación reseñamos. Todos estos discos se consiguen en la librería de La Jornada (avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, entre Miguel Laurent y San Lorenzo).

El nuevo álbum de Mario Iván Martínez, el volumen XIX de su serie Un rato para imaginar, se titula El patito feo y otros cuentos de aves, y toma como punto de partida dos textos clásicos: El ruiseñor y la rosa, de Oscar Wilde y El patito feo, de Hans Christian Andersen.

Todo un trabajo de teatro y música, enlazado por el talento del maestro Mario Iván Martínez, apoyado en el pianista Alberto Cruzprieto y el flautista Miguel Ángel Villanueva, quienes hilvanan estos relatos con valses de Ricardo Castro, Enrique Granados y partituras de Federico Chopin, Maurice Ravel, Franz Liszt y Claude Debussy.

A los niños que no habían ingresado a este mundo maravilloso de fantasía y cultura, les resultará una pócima mágica que nunca dejarán de degustar, mientras que a los ya expertos, que los hay en número extenso, les descubrirá nuevos recovecos en los territorios de la creatividad.

Garantes de la educación musical

Los Hermanos Rincón, garantes de la educación musical de varias generaciones ya, presentan Canciones para niños con solo voces, un álbum pleno de juegos, fábulas, cuentos y un blues: El blues de la cigueña, en la modalidad de coro sin instrumentos, canto a capela donde la artesanía se vuelca en asombro sonoro.

El maestro Luis Pescetti continúa infalible: en su nuevo disco, inútil insistir, embarca a su público en nuevas aventuras, iniciando con una parodia de los laberintos de las contestadoras telefónicas hasta sus muy sonados juegos y chistes, al igual que lo hace en otras grabaciones anteriores, como Bocasucia y No quiero ir a dormir, éste último un dvd con el Recital de ese título, grabado en la Sala Nezahualcóyotl.

También en dvd, una producción de TeveUNAM que ganó el Óscar 2008 como Mejor Cortometraje Animado: Pedro y el Lobo, la famosa obra sinfónica de Serguei Prokofiev, en versión animada cuadro por cuadro con modelos (técnica popularizada por los creadores de Wallace y Gromit, Aardman Animations), tan fascinante como divertida.

No son las únicas grabaciones disponibles, existe por fortuna un arsenal. Y no solamente la música identificada como especial para niños, sino todo aquel material que un niño quiera escuchar y disfrutar. Por lo pronto, la música de Mozart, ese adulto que jamás perdió las capacidades que vivimos a plenitud en la edad infantil.

¡Feliz día a todos los niños, de la edad que sea!