Rinden homenaje en la UNAM al político y académico
Me enseñó a equilibrar la pasión y la razón, recuerda López Obrador
Jueves 29 de abril de 2010, p. 21
Si no hay seguridad en el país, la ley de la selva está de vuelta, y en cuanto a México, que cada día se deteriora más, recordemos la ley de Murphy: si algo puede ir mal, va mal, y si puede empeorar, empeora
, afirmó Enrique González Pedrero.
Coincidió con esas afirmaciones Andrés Manuel López Obrador, para quien resulta por demás extraño que el gobierno federal se empeñe en enfrentar al crimen organizado militarizando el país. Esa no es la solución; la respuesta debe empezar con un cambio en la política económica y la creación de empleos y oportunidades educativas para los jóvenes; eso es hasta más barato que enfrentar a la delincuencia sólo con la fuerza
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González Pedrero, a quien se rindió un homenaje en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por sus 80 años de vida, consideró que frente a la situación que vive México, es tiempo de repensarlo todo: el Estado, la economía, la educación, la sociedad, la ciencia, porque ya nada es lo que era, porque todo se ha salido de cauce por la carrera de velocidad a la que nos empujan las circunstancias y, por supuesto, la codicia
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El reconocimiento que hicieron amigos de varias décadas a quien fue gobernador de Tabasco, dos veces senador, embajador de México en España y director del Fondo de Cultura Económica, además de escritor y maestro, fue extenso y emotivo.
No sólo de parte de alumnos de esa facultad que tuvieron la oportunidad de ver y escuchar a Herbert Marcuse y a Erich Fromm en la UNAM, por iniciativa de González Pedrero, o de quienes lo vieron transitar de la academia a la política y retornar luego a la academia, sin perder congruencia
, como señaló Raúl Béjar Navarro, quien sintetizó la personalidad del homenajeado al describirlo como un hombre inteligente con sentido del humor
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Como otros, Francisco Casanova Álvarez mencionó su aportación como investigador a las ciencias sociales, con obras como País de un solo hombre: el México de Santa Anna, entre muchas otras. Arturo González Cosío, en tanto, reconoció en González Pedrero la voluntad e inteligencia para dar sentido a su vida, su honradez insobornable y su afición a la música
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López Obrador, en su turno, destacó la enseñanza que obtuvo del homenajeado, para tratar de equilibrar la pasión y la razón, para tener un coraje sensato, para mantener en política el corazón caliente, pero la cabeza fría. Alguien que ha influido en mi formación es Enrique González Pedrero. Es difícil para quienes nacimos en el trópico atemperar nuestras pasiones. Imagínense lo que es hacer política en el trópico, donde los verdes se amotinan, donde los ríos se desbordan, donde con la canícula brota la pasión de la ya dura franqueza
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