La Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen del nuevo Reglamento de Gobierno del órgano legislativo –el actual data de 1934– que acotará la participación de los cabilderos que presionan a los representantes populares para impulsar o impedir modificaciones legales y constitucionales.

A partir de ahora, los cabilderos serán incluidos en un padrón y no participarán directamente en las reuniones de las comisiones legislativas, como hacen hasta el momento.

Además, el reglamento delinea la nueva política de comunicación social de la Cámara para dar trato igualitario a todas las fracciones parlamentarias.

La normatividad para el trabajo en las comisiones integra las obligaciones del presidente y los secretarios; formas de labor, que pueden ser en subcomisiones o grupos; tipos de reuniones, tareas y contenido de sus informes semestrales y finales.

Se revocará la discrecionalidad en la forma de rendir cuentas al término de la legislatura y se propone eliminar la congeladora por medio de la figura de negativa ficta, para evitar que los asuntos no resueltos por la legislatura en que se presentan pasen a la siguiente. Además, se aumenta el plazo para dictaminar, porque el término actual resulta insuficiente y en la mayoría de los casos imposible de cumplir por las comisiones.

Respecto de la relación con los medios, se advierte que la Cámara cuenta con un órgano de comunicación social profesional e institucional, encargado de informar sobre los acontecimientos que se produzcan en la misma, así como de atender y dar servicios a los informadores acreditados.

Esta instancia deberá acreditar ante la Cámara a los representantes de los medios para el debido cumplimiento de su labor, a quienes dará la información que se genere en la misma; poner a su disposición las versiones estenográficas, la Gaceta y el Diario de los Debates y facilitarles los elementos para su mejor desempeño, conforme a las previsiones presupuestales.

No podrán ordenarse inserciones en prensa, radio y televisión en forma de gacetilla que no identifiquen a la Cámara de Diputados como responsable de la inserción; el área de comunicación social dará igual trato a todos los informadores acreditados y la publicidad institucional deberá asignarse de acuerdo con los niveles de circulación y cobertura de cada medio informativo.

En el caso del cabildeo, que tiene que ver con toda actividad de gestión, petición o asesoría, que en su mayoría realizan mujeres de buen porte con los diputados para obtener una resolución o acuerdo favorable a los intereses propios o de terceros, la propuesta impulsada por Jesús María Rodríguez, presidente de la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, acotará tal actividad.

Cada día, en el restaurante Los Cristales –de San Lázaro– y sus áreas aledañas, un nutrido grupo de mujeres intercepta a los diputados que integran las diversas comisiones, los invitan a tomar café o a comer para ofrecerles beneficios de distinta naturaleza, a cambio –como reconocen los propios representantes populares– de su voto y respaldo.

Para evitar ese tráfico de influencias, al inicio de cada legislatura, toda persona enviada por empresas nacionales o extranjeras que pretenda realizar cabildeo deberá inscribirse en un registro público.

Además, los diputados deberán informar de sus conversaciones con dichos cabilderos sobre cualquier asunto que se encuentre en trámite en la Cámara, entre otras medidas.