Berlín, 28 de abril. La llegada de la gran retrospectiva de Frida Kahlo al Museo Martin Gropius Bau, en Berlín, no ha estado exenta de complicaciones logísticas, debido a la nube volcánica que paralizó el tránsito aéreo en buena parte de Europa.

No obstante, la exposición de la artista mexicana abrirá a tiempo este jueves, precedida de una amplia cobertura mediática que celebra a la pintora como un icono latinoamericano, una diva del arte, feminista y rebelde, cuya obra nunca provoca indiferencia.

En la capital alemana se exhiben 150 piezas, entre pinturas, dibujos y fotografías de la artista, acervo en el que figuran algunas creaciones nunca vistas ni publicadas.

Los visitantes podrán apreciar por primera vez obras vinculadas al expresionismo y el surrealismo, que es muy evidente en sus dibujos. Espero que podamos añadir nuevas facetas y enriquecer la imagen que se tiene de Frida Kahlo, afirma a La Jornada Helga Prignitz Poda, la curadora de la muestra.

No ha sido fácil traer tal cantidad de obra, que reúne grandes colecciones por primera vez en Europa. Por un lado, las 26 pinturas provenientes del Museo Dolores Olmedo, de la ciudad de México, que fueron exhibidas en el Bozar, de Bruselas, y rompieron récord de visitantes y, por otro, las colecciones Gelman y de la Fundación Vergel.

A lo anterior se añaden unas 30 obras provenientes de colecciones privadas de México, así como 15 préstamos de museos y de coleccionistas estadunidenses.

“Hemos recibido sorpresas de coleccionistas privados, quienes nos han enviado piezas con las que no contábamos.

Creo que el público se llevará una grata sorpresa. Tenemos pinturas muy surrealistas de Frida Kahlo, así como una serie de dibujos abstractos que muestran a una Frida que no se conocía, adelanta Prignitz Poda.

Entre los superlativos se encuentra la última pintura al óleo realizada por la artista, en 1954, poco antes de su muerte. Autorretrato dentro de un girasol fue rescatada por un empleado en un bote de basura.

Ese cuadro fue un trabajo bajo pedido que no gustó a la artista. Parezco ahogada en una flor, dijo Frida Kahlo a la crítica de arte Raquel Tibol, quien a su vez es citada en el catálogo de la muestra.

Autorretrato con traje de terciopelo, obra de Frida Kahlo perteneciente a la colección de la Galería Arvil, incluida en la muestra de la artista mexicana que hoy se inaugura en la capital alemanaFoto VG Bild-Kunst

La pintura, considerada desaparecida, fue hallada en una colección privada en Estados Unidos, indica Prignitz Poda, y todavía siguen desaparecidas unas 20 obras.

En Alemania, Frida Kahlo es motivo de un culto fanático, muy distinto al de México, afirma la historiadora de arte, lo que se refleja en la reproducción de sus autorretratos.

Como ninguna otra artista, Frida Kahlo busca el diálogo mediante sus pinturas. Regalaba a sus amigos sus autorretratos para que estuvieran con ella siempre; les decía que colgaran el cuadro a la altura de sus ojos para que estuvieran en contacto con ella.

Su estilo ha dejado huella en el arte contemporáneo. Es seguida por numerosos artistas, los cuales se han apropiado de su iconografía integrándola a su propia obra, como la fotógrafa estadunidense Cindy Sherman y el artista japonés Yasumasa Moriuma, señala la experta.

En la muestra se exhibe un video de Moriuma titulado Yo soy Frida (2001).

Las dos Fridas, no llegó

Los organizadores de la retrospectiva de Kahlo aspiran a sacar a Frida de la esquina del sufrimiento en el que se ha metido la comercialización de su arte, al resaltar otros aspectos de su obra, como el sentido del humor.

Son pocas las imágenes, considerando su obra completa, donde la artista aborda la enfermedad y el dolor. La mayoría de sus pinturas reflejan un gran sentido del humor, que siempre me alegra encontrar, asevera Helga Prignitz Poda.

Varios cuadros no llegaron a Berlín, debido al frágil estado en el que se encuentran, entre ellos Las dos Fridas, que según la curadora, sufrió un daño por agua y ya no puede salir de México por decreto presidencial.

Prignitz Poda espera que la retrospectiva de Frida Kahlo rompa nuevas marcas en Berlín.

Su obra ejerce una fascinación, porque además de su colorido y exotismo, revela al observarla significados más profundos, y es ahí donde se proyectan sentimientos que son universales, con los que el espectador se identifica, aunque nunca antes haya visto sus pinturas.