Vocera de la compañía ofrece diálogo a los manifestantes
Miércoles 28 de abril de 2010, p. 47
¡Fuera Monsanto de México!
Con esta consigna y carteles con fotografías de las diversas variedades de maíz, integrantes de la campaña Sin maíz no hay país llegaron a las puertas del edificio sede de la trasnacional, ubicado en el complejo urbano Santa Fe, donde hicieron un llamado a la población para no consumir alimentos industrializados.
Acompañados por el actor Bruno Bichir, integrantes de Greenpeace, Semillas de Vida, Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (Anec) y de la productora y distribuidora cinematográfica Canana, aseguraron que no han perdido la batalla para impedir que el grano transgénico se siembre masivamente en el país.
México no necesita a Monsanto y su tecnología riesgosa para producir maíz; si hay hambre entre la población es por los altos precios de los alimentos, la falta de empleo y porque se ha sujetado a la gente a programas asistencialistas
, expresó Víctor Suárez, director de la Anec.
El grupo, identificado con una camiseta blanca para promover el documental Comida SA, realizado por Robert Kenner, en el cual se advierte de los daños a la salud causados por la comida procesada industrialmente, convocó a la población a defender al maíz libre de transgénicos. La lucha por proteger nuestro grano es indispensable para defender nuestra alimentación, soberanía y libertades.
Bichir dio a conocer el decálogo para defender la producción de alimentos libres de transgénicos: lee las etiquetas, pues no todo lo que nos venden es sano; consume productos frescos; consume alimentos producidos en México y que se comercializan en mercados y tianguis; elige productos provenientes del campo; adquiere productos que reflejan la riqueza del agro; consume alimentos sin agroquímicos; no compres alimentos de compañías que no respetan la salud, a los campesinos ni al medio ambiente; vigila los alimentos que consumen tus hijos en la escuela y con sus amigos; aprende a sembrar hierbas y verduras en macetas o en tu jardín, y come menos carne, grasa, azúcares y sal
.
Vigilados y filmados por elementos de seguridad del inmueble, los manifestantes insistieron en el riesgo de consumir alimentos transgénicos y de la pretensión de Monsanto de dominar la alimentación mundial mediante la venta de semillas, de las cuales controla 85 por ciento. Por sus prácticas monopólicas esa empresa enfrenta una demanda en Estados Unidos.
Sofía González, vocera de Monsanto, aseguró que los directivos de la empresa están dispuestos a dialogar con las organizaciones de la campaña Sin maíz no hay país, para aclararles que no se pretende desplazar los maíces criollos ni los híbridos, sino ofrecer una semilla más resistente a las plagas.
Los maíces transgénicos nunca ocuparán el lugar de los criollos ni su riqueza alimenticia. El compromiso de Monsanto es no sembrar las variedades genéticamente modificadas en zonas de origen del grano.