México
Martes 27 de abril de 2010, p. 22
El futuro de México parece promisorio, con el reciente repunte de la actividad industrial en Estados Unidos. Sin embargo, la recuperación es encabezada enteramente por la demanda externa, mientras la economía doméstica se encuentra baldada por el alto desempleo, el débil crecimiento del crédito y el descenso en las remesas.
Si la economía doméstica no muestra pronto signos de recuperación, hay un fuerte riesgo de que el crecimiento del PIB sufra en 2011, al disminuir la demanda en EU, principal mercado de las exportaciones mexicanas.
La recuperación parece ir por buen camino y la mejora de los indicadores en meses pasados ha fortalecido el panorama económico. Los datos industriales de EU han mostrado un firme aumento en esa actividad (el sector en ese país está muy ligado al de México, lo cual explica un firme repunte en la producción industrial mexicana, en la confianza empresarial, las ventas de vehículos y el ingreso por exportaciones). De hecho es probable que el repunte en EU haya sido un factor importante para que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México decidieran elevar sus pronósticos del PIB de 3.9 a 4.1%, en el primer caso, y de 3.2 a 4.2 en el segundo.
Los datos más recientes muestran que el sector industrial mexicano ha continuado recuperándose de la fuerte caída de 2009 (cuando la producción se contrajo 7% al decaer la actividad económica global y la demanda). La producción industrial mantuvo su impulso de crecimiento en febrero, al elevarse un 4.5% anual luego de una ganancia de 4.8% en enero. Los fabricantes de equipo de transporte, maquinaria, computadoras y artículos electrónicos incrementaron marcadamente la producción en comparación con el año anterior.
El aumento en la demanda de exportaciones en EU ayudó a impulsar la producción de equipo de transporte hasta 43.3% respecto de un año antes: los vehículos se venden sobre todo para exportación, y más que nada al vecino del norte (más o menos 15-20% se vende en el mercado doméstico). De hecho, ese incremento ayudó a México a lograr un superávit comercial de 243.9 mdd en febrero, el mayor desde abril de 2009. (Si bien el ingreso por exportaciones permanece debajo de niveles anteriores a la crisis financiera, se ha elevado en términos anualizados cada mes desde junio de 2009.)
Considerando que EU absorbe más de 80% de las exportaciones mexicanas, el panorama para México se mantiene extremadamente dependiente del desempeño del país vecino (el cual se prevé que disminuirá en 2011, cuando se extinga el efecto de las políticas de estímulo). Aun cuando México pondrá mayor énfasis en diversificar las relaciones de comercio e inversión –que incluye pláticas hacia un acuerdo bilateral de comercio e inversión con Brasil, la mayor economía de América Latina–, la resistencia de algunos productores locales, y las dificultades asociadas a la obtención de apoyo de miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), indican que será difícil alcanzar un acuerdo en el curso de los próximos dos años.
Estancamiento doméstico
Si bien el sector externo ha recuperado piso, la economía doméstica ha permanecido muy débil. El desempleo se mantiene sumamente alto, a más de 5%, por encima de las tasas de 4.7-5% que se veían a principios de 2009. Las remesas siguen cayendo, a un 15% anualizado en febrero, y el crecimiento del crédito se mantiene débil. Sin embargo, la economía doméstica ha mostrado algunos signos de recuperación, al disminuir ligeramente el desempleo a 5.2% en febrero, ajustado por temporada, de 5.5 en enero. La confianza del consumidor ha empezado a recuperarse, pero se mantiene 25% debajo de su punto más alto de mediados de 2007, lo cual se debe tal vez al fuerte descenso de las remesas de trabajadores migrantes (que cayeron 14.1% anualizado en febrero en términos de dólares). De hecho, la recuperación de la demanda de importaciones en EU no se ha visto acompañada de un repunte en esos envíos de dinero, debido a la persistente debilidad del sector de la construcción en ese país (empleador significativo de migrantes mexicanos).
Condicionantes
La cuestión de si la recuperación mexicana es sostenible depende del desempeño de la economía doméstica. Si la demanda interna se mantiene estancada en el año, México podría sentir el efecto cuando la demanda de importaciones en EU se debilite en 2011 (al desvanecerse el efecto de las políticas de estímulo). Economist Intelligence Unit prevé que la demanda doméstica total se expandirá 5.1% en 2010 luego de contraerse 7.9% en 2009. La proyección de crecimiento continuo que hacen las autoridades mexicanas (4% en 2011) se apoya en la presunción de que la dinámica del crecimiento interno se fortalecerá en el curso de 2010, conforme aumenten el empleo y el préstamo.
Si bien se ha elevado de 3.5 a 4.3% el pronóstico del PIB para 2010 (a consecuencia del aumento de las proyecciones de crecimiento para EU), los estrechos vínculos con la fortuna económica del país del norte continúan representando un riesgo de descenso en la previsión del PIB para 2011. Se proyecta sólo una lenta recuperación del consumo de los hogares en 2010-11, porque se espera que el crecimiento de la oferta de trabajo continúe superando al del nuevo empleo, y los más estrictos controles migratorios en EU ofrecen menos margen a los mexicanos para buscar oportunidades al norte de la frontera. Estos factores continuarán obstruyendo el aumento del gasto personal, y propiciarán que el desempeño de la economía siga girando sobre el del sector externo, con el riesgo de un renovado descenso a finales de 2010 y en 2011.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya