La Iglesia católica y el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, coincidieron al manifestar su rechazo a la ley que criminaliza la migración en Arizona, Estados Unidos.

El gobernador consideró que se trata de una legislación que atenta contra los derechos civiles y humanos de mexicanos, en tanto, la Iglesia recriminó al gobierno mexicano la desatención para miles de personas que, ante el drama de la pobreza, la falta de trabajo y de oportunidades se ven obligados a salir del país.

Hernández Flores anunció que en agosto próximo acudirá, junto con el alcalde de Nuevo Laredo, Ramón Garza, a una reunión de gobernadores fronterizos de Estados Unidos y México, en la cual llevará una postura muy firme para protestar.

En Nuevo Laredo, Tamaulipas, el titular del Ejecutivo local consideró que la ley no va a resolver el problema de la migración. Me dio mucho gusto oír a (el presidente de Estados Unidos) Barack Obama reprobando lo que hizo la gobernadora de Arizona (Jan Brewer). Esperemos que pronto haya una reconsideración, pues no podemos permitir que nos traten de esa manera.

Por su parte, en el editorial de su semanario Desde la fe, la arquidiócesis de México sostuvo que “nos encontramos en un escollo voluntario del que son partícipes las fuerzas políticas y las instancias gubernamentales.

La política se ha vuelto piedra de tropiezo para nuestro desarrollo, complicando las iniciativas de modernización. Se sigue retrasando el análisis y la aprobación de reglas más justas y más acordes con el mundo globalizado en el que vivimos, afectando con ello a millones de mexicanos que no pueden salir del pantano del subdesarrollo y de la pobreza.

En la publicación pidió también no ignorar los atropellos que, como todos conocemos, cometen algunas autoridades corruptas en contra de los migrantes que recorren sin documentos nuestro territorio.

“Pero aún más graves son los abusos perpetrados por los traficantes de personas en contra de mexicanos y centroamericanos, a quienes exprimen y extorsionan con la promesa de colocarlos en algún empleo en el vecino país del norte para alcanzar el sueño americano”, apuntó.

A su vez, el obispo Felipe Arizmendi lamentó que en Arizona se aprobara una ley inicua que criminaliza a los indocumentados, pues considerarlos delincuentes es un atraso terrible. Agregó que los migrantes nuestros no van allá para ver a quien matan o roban, sino por necesidad económica, y muchísimos trabajos que no harían los estadunidenses los hacen los migrantes, no solamente mexicanos, centroamericanos y latinos en general, sino también los chinos, los coreanos y de muchos otros países, que están haciendo grande a ese país.

Después de oficiar una misa al mediodía en la catedral de San Cristóbal, Felipe Arizmendi dijo tener la esperanza de que en otras entidades de Estados Unidos no se siga el mal ejemplo de Arizona.

Por su parte, el senador por el PAN Santiago Creel Miranda censuró la decisión de la gobernadora Jan Brewer al firmar la nueva legislación que criminaliza a los indocumentados mexicanos.

Sostuvo que corresponde al gobierno de México realizar un reclamo diplomático a las autoridades estadunidenses para que frenen esta ley de la ignominia, esta ley de la traición a quienes dicen mantener una buena amistad y sociedad con México.

Aseguró que la normativa antimigrante incorpora una visión muy mezquina, porque se cruza en medio de una campaña electoral para la gobernadora, entonces está negociando lo más por lo menos.