Emprezafios y empresarios
diferencia del empresario profesional, a los emprezafios los caracteriza su falta de sensibilidad y de tacto, así como de conocimientos para llevar a buen puerto la empresa que pretenden conducir. Impreparados pero precipitados, carecen de perspectiva, por no decir de grandeza, y con una óptica estrecha de su misión empresarial se contentan con cubrir apariencias sin vislumbrar la trascendencia que debían imprimir a sus acciones.
Hace décadas los más adinerados de México decidieron apropiarse del espectáculo taurino no sólo haciendo uso de su libertad, sino aprovechando también el desinterés de autoridades y partidos políticos por el mismo y luego de comprobar que aficionados y público, al igual que los votantes, no cuentan y menos actúan, independientemente del espectáculo que se les ofrezca.
A falta de imaginación empresarial, a los emprezafios les sobra dinero, por lo que su última preocupación es profesionalizar su tarea y sustentarla en una visión de futuro con perspectiva histórico-cultural, en preservar con eficacia una tradición, y desde luego en buscar, encontrar y promover nuevos valores que susciten el interés de la afición y eventual apasionamiento de los públicos por determinados diestros nacionales.
Ante la ineptitud de estos multimillonarios –en dólares– de la revista Forbes metidos a falsos promotores, exitosos en todas sus empresas excepto en la de los toros, donde fracasan sin agobio, entusiastas empresarios con imaginación y taurinismo empiezan a multiplicarse.
El jueves 22 hubo un lleno en el Lienzo Charro del Pedregal en la primera novillada nocturna del serial Porque quiero ser torero
, organizado por Pedro Haces hijo, en la que ante reses de Pepe Garfias triunfó el joven Mirafuentes de Anda y mostraron cualidades Manuel Sánchez Mejías, Manolo Serna y el rejoneador Eduardo Rubí.
Ayer en Iztacalco se llevó a cabo, con gran éxito artístico y de público, un festival gratuito en el Lienzo Charro de La Viga, con la participación de los matadores Humberto Flores, Édgar Palacios, Alberto Huerta, Abraham Ruiz, Jorge Delijorge y Juan Luis Silis, así como el novillero Rodrigo Ochoa, que lidiaron novillos de la ganadería tlaxcalteca de Coaxamaluca. Por cierto, Palacios y Silis son originarios de Iztacalco.
El jefe delegacional, Francisco Sánchez Cervantes, comentó que este tipo de festivales taurinos se realizan con la finalidad de ofrecer espectáculos de calidad y en forma gratuita a la comunidad. En efecto, la tarde fue amenizada además por la Banda Sinfónica Delegacional de Iztacalco y un ballet folklórico. Bienvenida entonces una fiesta de toros menos pretenciosa, pero más verdadera que la ofrecida por el duopolio de los millonarios.
Y para el próximo lunes 3 de mayo, feriado, a las 16 horas, la empresa Herald, que encabezan Luis González Alducin y el matador Marcial Herce, ofrecen un cartel de lujo con motivo de la feria de Tecamac, estado de México: toros del hierro hidalguense de Manuel Macías para los matadores Federico Pizarro, una de las ausencias injustificadas de la reciente temporada grande en la Plaza México, y Marcial Herce, uno de los buenos toreros desperdiciados por el sistema taurino mexicano.
La empresa Herald, además de cobrar precios accesibles para este festejo –150 pesos por persona y niños 2x1–, anuncia que el poseedor de cada boleto tendrá derecho a participar en la rifa de dos pantallas LCD de 32 pulgadas. Atractivos varios a partir de un amor sin adjetivos por la fiesta y de una clara filosofía de servicio.