Velos musulmanes franceses
arís. El 22 de abril, en la ciudad de Nantes, fue multada con 22 euros una musulmana que conducía vestida con burka (velo integral) por manejar en condiciones inconfortables
pues sólo se le veían los ojos. Ella protestó formalmente alegando que en ese caso el campo de visión
de los GIGN (policía especial que lleva pasamontañas ) era el mismo.
Desde 2004 una ley prohíbe el uso del chador con hijab (sólo dejan ver cara y manos) en las escuelas y en servicios públicos, pero esta vestimenta no se considera obstáculo para la integración a la sociedad como sí lo es la burka, prenda inventada hace 20 años por los salafistas musulmanes de Medio Oriente y Pakistán, que cubre integralmente a la mujer y la obliga a llevar anteojos oscuros o una red que los disimule y que usan unas 2 mil mujeres en Francia, de donde 26 por ciento son francesas convertidas al Islam.
El presidente Nicolas Sarkozy presentará en mayo próximo a la Asamblea un proyecto de ley para prohibir su uso incluso en la calle, debido a que representa un repliegue comunitario y rechazo a los valores republicanos
. Proyecto que desafía la opinión del Consejo de Estado sobre que una prohibición total es un “riesgo jurídico serio, impasse en relación con los derechos y libertades ciudadanos” y aun cuando el mismo Consejo decretó en junio de 2009 negar la nacionalidad francesa a una marroquí que se presentó con burka por no asimilación a la sociedad
. Decisión aplaudida por socialistas y comunistas tanto como por la ministra adjunta de Políticas de la Ciudad, Fadela Amara, ex presidenta del colectivo Ni putas ni sumisas, dado que se han abandonado los argumentos religiosos para invocar sólo los de seguridad pública, como el de que no se puede identificar una persona cuyo rostro está oculto. Con lo que coinciden 65 por ciento de los franceses favorables a la prohibición total del velo integral*. Opinión que importa a la clase política en víspera de elecciones regionales.
Como sea, una joven declaró recientemente que no renunciaría a su libertad de ponerse la burka, tal como la libertad de otras era semidesnudarse en la calle, pero aceptó que en la ventanilla de un banco sí se descubría la cara para identificarse… siempre y cuando fuera una cajera quien la viera.
(*)Sondeo publicado el lunes 19 de abril por el diario Le Parisien
Yuriria Iturriaga, corresponsal