Al igual que la mayoría de los entrenadores en México, Jorge Carrión no cuenta con garantías bá-sicas, como seguridad social, perspectivas de jubilación, posibilidad de un crédito para crear un patrimonio, sólo contratos eventuales, cuyos sueldos en ocasiones son pagados hasta con un año de retraso, así que tras casi 20 años dedicado a formar clavadistas, presentó su renuncia y, en solidaridad, se le unieron los otros cinco técnicos asignados en el Centro Nacional de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR).

Aunque llegó a un acuerdo para extender sus servicios hasta la Olimpiada Nacional, del 10 al 18 de mayo en Guadalajara, en donde defenderá el título con unos 30 niños y jóvenes, Carrión sostuvo que de cualquier forma se irá, porque no encuentra futuro para brindarle a su familia una mejor calidad de vida y su situación es de inestabilidad económica permanente. Esto, a cambio de aportar la preparación de niños, unos 120 en la actualidad, lo que equivale a restar esa cantidad de gorditos o delincuentes, que para nuestra sociedad implica un ahorro en gastos de hospital o de más gente en la cárcel.

Carrión figura entre la plantilla de entrenadores de clavados como uno de los que ha impulsado a varias generaciones, desde la etapa de formación hasta la de competencia, sobre todo a nivel juvenil, aunque cuando empiezan a dar frutos o a mostrarse como verdaderos talentos, los pupilos suelen ser asumidos por los entrenadores de renombre, aunque en el argot de los clavadistas, como en algunas otras disciplinas, entre los técnicos eso se considera como un acto de pirateo.

El entrenador es visto en el escalafón de la estructura deportiva en el renglón más bajo, o por lo menos así nos sentimos muchos entrenadores. Muchos clavadistas ya han resuelto su vida, pero los entrenadores seguimos batallando, cubriéndonos con la tarjeta de crédito y siempre debiendo. Yo lo he hecho por amor al deporte y a México, pero llega un momento en que uno tiene que hacer un balance, manifestó el técnico, quien ha formado a destacados clavadistas, como Tatiana Ortiz, quien alcanzó la medalla de bronce en sincronizados con Paola Espinosa.

Platiqué con las autoridades de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), y sí están conscientes. Esto no es nada nuevo, quedaron de que van a tratar de buscar soluciones, pero estimo que es muy difícil, la misma ley no reconoce la figura del entrenador como un profesionista. Todos mundo tiene las manos amarradas; hay que revisar este asunto, manifestó Carrión, tras la reunión que sostuvo con Alejandro Cárdenas, de la Conade, y autoridades del CNAR.